entrevista
Antonio Blázquez, director del IES Polígono Sur de Sevilla: «A veces los padres llaman al instituto con miedo pero yo les digo que vengan y prueben»
Este matemático sevillano cambió su trabajo en una empresa informática madrileña por la enseñanza en un instituto público sevillano situado en uno de los barrios más pobres de España
«Tener alumnos de toda Sevilla y otras provincias se debe al esfuerzo de muchos profesores»
«Los maestros tenemos dos meses de vacaciones de verano, Navidad y Feria, pero no es lo mismo estar seis horas en clase con niños que en un despacho»
El matemático astigitano Antonio Blázquez dirige desde hace tres años el Instituto de Enseñanza Secundaria Polígono Sur de Sevilla, situado en uno de los barrios más pobres de España. Este máster en Informática, que trabajó varios años en la empresa privada, llegó al instituto sevillano ... en 2005 y hoy es su director.
-¿Con qué ánimo llegan alumnos de toda Sevilla -e incluso algunos de otras provincias- a un instituto cuyos ciclos de Formación Profesional tienen tanto prestigio pero se asienta en una zona que sale con cierta frecuencia en las páginas de sucesos de los periódicos?
-Lo cierto es que muchos padres llegan con miedo. Cuando les conceden la plaza a sus hijos, nos llaman y nos preguntan por el instituto y la zona. Dicen que están preocupados por el tema de las Tres Mil Viviendas. Y yo les digo que vengan con sus hijos y lo vean con sus propios ojos. Es un instituto completamente normalizado. Este centro es una puerta de entrada al barrio porque viene muchísima gente de fuera. Y esto le da otra vida al barrio y, en cierto modo, lo saca del gueto de las Tres Mil. Nuestro instituto y los otros tres que hay en la zona benefician muchísimo al barrio.
-¿Cómo fue su primera impresión cuando llegó al instituto?
-Fue muy buena porque yo ya conocía al profesorado. Yo le tengo mucho cariño al Polígono Sur.
-¿Qué le diría a un profesor que debe elegir destino y no sabe si elegir su instituto por esa mala fama de Las Tres Mil?
-Yo le diría que viniera y probara. Y que si prueba, igual se queda. Yo he visto a mucho profesorado interino que ha estado aquí un tiempo y se ha ido llorando de nuestro instituto. Se van así porque les gusta el trabajo que han podido hacer aquí. Y eso que nuestros alumnos de primero y segundo de la ESO no son fáciles. Hay que crear mucho vínculo con los alumnos y te los tienes que ganar. Pero no haciéndote amigo de ellos porque el profesor no es amigo de sus alumnos, él es el jefe de la clase y tiene que hacerse respetar. Los alumnos tienen que ver en el profesor un referente, que vean que eres buena persona y que pueden contar contigo. Insisto, le dirían a estos nuevos profesores que probaran aquí y le aseguro que el 80 por ciento de ellos se quedarían.
-¿Hay muchos prejuicios todavía sobre el Polígono Sur?
-Sí. Entiendo que hay muchos profesores que prefieran dar clase en los Remedios, el centro de Sevilla o Nervión. Y está claro que a esa persona no se le ocurre apuntarse a la bolsa de puestos específicos como el de nuestro instituto.
-¿Utilizan algún método educativo diferente?
-Nosotros utilizamos mucho el aprendizaje basado en proyectos pero esa metodología se usa en la mayoría de los centros. Que el alumno empiece una tarea y la lleve a un fin que demuestre que su trabajo ha sido productivo. Y que lo que ha realizado tiene algo y lo ve la gente. Trabajamos por proyectos y por aprendizaje por servicios. Por ejemplo, en automoción, pulir un faro. Son como retos y lo importante es acabar lo que uno empieza. En Biología se puede diseñar una maqueta sobre el cuerpo humano y al final se hace una exposición y explica lo que está haciendo. Todos los años vamos a la Feria de la Ciencia y este año nos han dado un reconocimiento.
-¿Qué cambiaría del barrio, si dependiera de usted?
-Sobre todo, la seguridad. En el instituto se está muy bien porque la gente lo respeta, pero deberíamos tener un guardia de seguridad. Hay algunos momentos de tensión en la puerta y hasta el alumnado mayor viene a echarnos una mano. A veces los niños tiran naranjas o piedras al centro. Son pocos momentos así pero se dan. Tendría que haber mucho más control policial. Lipasam funciona muy bien pero hay ciudadanos que no se comportan y tiran la basura a la calle. Son unos pocos pero fastidian a todos. También hemos tenido problemas con los autobuses, que quitaron porque algunos los apedreaban. Un servicio público no se puede quitar. También habría que controlar más el tema de la marihuana. Vienen muchos padres a quejarse por vecinos que ponen altavoces a la calle con un nivel de ruido insportable. También habría que pintar muchos edificios.
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