entrevista
Dávila Miura: «Cuando toreas en Sevilla, sabes que hay muchísima gente en los tendidos que sabe de toros igual o más que tú«
El torero sevillano, que se retiró con 32 años, recuerda su carrera el día que se inicia una nueva temporada taurina en Sevilla
«Me retiré de los toros con sólo 32 años porque estaba pasando más miedo que nunca»
«Me voy a presentar a las elecciones a hermano mayor de la Macarena para terminar de unir las pequeñas diferencias»
«Que Canal Sur retransmita tres corridas de la Feria de Sevilla es una gran noticia y espero que en 2026 se dé toda la Feria»

El torero sevillano Eduardo Dávila Miura tomó la alternativa el 10 de abril de 1997 en la plaza de toros de la Real Maestranza de Sevilla con Emilio Muñoz de padrino y Víctor Puerto de testigo. Fue declarado dos veces triunfador de la Feria ... de Sevilla y también cosechó triunfos en los San Fermines de 2003 y 2004 y en las plazas de Bilbao y Gijón. Se retiró el 12 de octubre de 2006 en la plaza de Sevilla, en un buen momento profesional, aunque luego realizaría tres reapariciones puntuales, la primera en 2015, celebrando que la ganadería de su familia cumplía 75 años lidiando de forma ininterrumpida en Sevilla. El 12 de octubre del año 2018, reapareció en el tradicional Festival organizado por las hermandades de Sevilla, organizado ese año por la hermandad de la Macarena. Su última reaparición fue en el mes de julio de 2022, en Santander, con motivo del 25 aniversario de su alternativa, junto a El Juli y Roca Rey.
-Sevilla es una plaza muy difícil de conquistar para un torero. ¿Por qué?
-Sevilla es una plaza difícil porque aquí la gente sabe mucho de toros. Y cuando toreas en Sevilla, eres consciente que hay muchísima gente en el tendido sentado que sabe de toros igual o más que tú. Es un público tremendamente respetuoso, tremendamente cariñoso, pero exigente, con esos silencios que hace. En Sevilla he vivido cosas que me han llamado la atención, por ejemplo, una tarde en que estaba pegando un muletazo que yo sabía que iba a ser bueno antes, porque tú ves el toro venir y estás en el sitio; y resulta la gente me ha cantado el ole antes de darlo. En Sevilla la gente lo ve a la vez o incluso antes que tú. Cuando en cualquier faceta de la vida estás delante de gente que sabe, la exigencia es mayor.
-¿Ha sufrido mucho el famoso silencio de la Maestranza?
-Hay dos tipos de silencio. El primero es el silencio de expectación en la plaza que se escuchan los vencejos. Hay un momento que te da mucho miedo porque tú dices: «¿Toda esta gente que está esperando?». Y lo que están esperando es que tú lo bordes y aún no has empezado la serie. Y eso te crea mucha presión. Y después está el silencio de indiferencia cuando terminas una faena y matas al toro. Ese silencio en otra plaza más agria serían pitos o broncas, pero Sevilla te da ese siencio de decir «hoy no han salido las cosas».
-¿Y ese silencio puede dolerle a un torero más que los pitos?
-Yo creo que sí. Ese silencio de indiferencia duele muchísimo. Y además tú lo notas porque ves muchas caras conocidas en el tendido rematando la serie y tú mismo ves en sus caras que hoy esto no está saliendo. Y otras veces, sin embargo, la conexión es total. Recuerdo el día de mi alternativa, del que se han cumplido ahora 28 años. Yo estaba muy verde y me tocó un toro de Jandilla, que no era un toro fácil, aunque era un toro bueno. Y yo estuve bien con el toro, sobre todo en proporción a la poca experiencia que tenía. Y hay un momento en el que la música empieza a sonar. Empezó a sonar tarde, que es algo que nos desconcierta mucho a los toreros, porque yo estaba a la faena, no terminaba de arrancar y de repente hay un pase de pecho y la música empieza a tocar. Y cuando empiezo a escuchar la música, me digo a mí mismo que esto ahora tiene que seguir, pego una serie más, la música sigue y yo veo que la faena ya me cogía por la espalda, pero no tenía ni la personalidad ni el oficio suficiente para tomar la decisión de matar al toro. Y miro al tendido y veo a unas 15 ó 20 personas que me hacen el gesto de matar y me voy a por la espada. Eso es una plaza como Sevilla. Vieron que era el momento que yo tenía que ir por la espada. Y esos son los detalles que marcan esta plaza.
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