El Cine Cervantes estrena su octava vida como joya del patrimonio de Sevilla

La persiana ha vuelto a levantarse a primera hora de este viernes ante una irreconocible calle Amor de Dios. El inmueble ya conoció el resultado de aquellas obras que transformaron a esta arteria de la Alameda de Hércules, aunque fuera demasiado pronto para descubrir su aspecto final. Un sendero umbroso dibujado por una cadena de sóforas ha enraizado donde antes se plantaban coches. Ha cambiado el paisaje, el clima de la zona. La calle Amor de Dios ganó pulmón, como ahora el Cine Cervantes, resplandeciente tras una meritoria y exprés rehabilitación que ha conseguido equilibrar la esencia clásica de este Bien de Interés Cultural con las necesidades de un cine contemporáneo.

Se ha dado lustre al bronce de la suntuosa lámpara de siete metros de longitud y cinco de diámetro, a sus molduras, a sus mármoles; se ha renovado la pantalla y su sistema de sonido. El espacio circular de butacas se convirtió en un bosque metálico desde que la propiedad anunciara el pasado mes de mayo el comienzo de su rehabilitación. Metros de andamios que colmaban este espacio cultural para recuperar el esplendor que en su día conocieron los hermanos Álvarez Quintero para la representación de su primera obra teatral. Aunque anecdótico para el conjunto total de su intervención, la recuperación del letrero de su fachada es significativo, tres décadas después de la última ocasión en que funcionaron sus luces de neón. Las placas del techo se habían desprendido, las molduras de su cornisa se habían deteriorado, el suelo filtraba agua por la humedad, las butacas presentaban una preocupante imagen... Desperfectos que han sido corregidos para la conmemoración del 150 aniversario del inmueble cultural. Primero como teatro, después como espacio cinematográfico.

La primera proyección ha pertenecido a la productora de la casa, rodada por el móvil personal de Segismundo Hernández, presidente de Unión Cine Ciudad –gestora del Cine Cervantes– y uno de los 18 coherederos del inmueble. Durante estos meses ha ido retratando tanto el estado en que se encontraban sus instalaciones como la intervención que se ha llevado a cabo en el edificio que en 1873 erigiera el arquitecto Juan Talavera. Las actuaciones también han servido para mejorar el sistema de sonido y para ofrecer, a través de su nueva pantalla de máxima reflexión, una visualización óptima desde cualquier punto de la sala.

La idea que en estos momentos se plantea la propiedad del Cine Cervantes es que haya proyecciones diarias de cine de estreno, clásico, documentales, zarzuela y ópera. Para esta semana se ha programado una agenda que combinará diferentes películas, estrenándose esta tarde con el estreno de la película Mamacruz, además de un coloquio con la protagonista y la directora de la obra. La recaudación de la taquilla en estos días de proyecciones especiales será destinada a la Asociación Autismo Sevilla.

A partir del próximo miércoles empezará su programación habitual y diaria, sólo interrumpida durante la celebración del Festival de Cine. Aunque la propiedad está a la espera de recibir la licencia de obra para habilitar un acceso para personas con discapacidad «porque si queremos que sea el cine de Sevilla, tenemos que lograr que sea accesible para todos los sevillanos».