El Betis da el paso definitivo en Urbanismo para la gran obra del estadio

De este trabajo se ha encargado un equipo jurídico especializado en cuestiones urbanísticas, contratado por la entidad, para no dejar ningún fleco suelto. El tiempo juega en contra de esta tramitación que requiere de un arduo trabajo por las dos partes. La fórmula escogida para poder edificar sobre la mencionada parcela es el Estudio de Ordenación, una figura recogida en la Ley del Suelo de 2022 de la Junta, que da viabilidad a este tipo de proyectos que hasta ahora tenían un encaje complicado. De hecho, es la misma vía que se seguirá el Sevilla FC para acelerar la ampliación de su estadio.

La entidad bética ha concluido el trabajo sólo cinco meses después de desvelar el diseño del nuevo Benito Villamarín, que presentó en un acto en el propio Ayuntamiento junto al alcalde, José Luis Sanz. Ahora está por ver si los tiempos de la administración se ajustan a las necesidades del equipo, que tiene muy limitados los plazos. Su intención es que todo esté a punto a finales de este año para disputar los primeros partidos en la Cartuja el próximo enero.

Este Estudio de Ordenación, que es la llave para llevar a cabo un proyecto que se asienta sobre unos terrenos municipales, plantea un sistema de gestión por compensación. Para que el lector se haga una idea, es una fórmula parecida a la que se utiliza en las grandes bolsas de suelo como la de la antigua fábrica de Cruzcampo o Villanueva del Pítamo, para construir una urbanización. Aquí no va a haber una venta, ni alquiler ni concesión administrativa. Se va a constituir una junta de compensación en la que ambas partes tendrán sus obligaciones y un reparto de aprovechamiento en función de las actuaciones que se lleven a cabo. Ese convenio regulará las cesiones de equipamiento y espacios libres que le corresponden al Ayuntamiento. Estos son la plaza pública que se construirá frente al centro comercial y un edificio de 3.000 metros cuadrados para dar servicios al barrio de Heliópolis.

Una vez aprobado el documento en la comisión ejecutiva de Urbanismo, la pelota volverá al club, que tendrá que redactar un proyecto de reparcelación en el que quedarán localizadas las edificaciones que corresponda a cada una de las partes y las obras complementarias en el entorno, repartiendo las cargas entre los propietarios. Cuando todo esto se haya resuelto, se podrá conceder la licencia de obra para meter las excavadoras que permitan ampliar el estadio.

El diseño, que lleva las firmas del arquitecto cordobés Rafael de la Hoz y del estudio estadounidense Gensler, permitirá ampliar la capacidad hasta los 60.379 asientos. Para ello será necesaria la demolición y construcción completa de la grada de Preferencia. El resto del recinto no serán derruido, pero tendrá cambios significativos para que todo tenga el mismo aspecto. Durante las obras se instalará una cubierta sobre las cuatro gradas y una nueva fachada que cambiará por completo la imagen actual con una estética que envolverá el estadio en las trece barras del escudo.

El verdadero objetivo de la reforma, que tiene un coste de unos setenta millones de euros, es lograr la mayor rentabilidad económica con la ampliación de servicios como el centro comercial que se levantará sobre la parcela anexa, un parking subterráneo, las nuevas instalaciones en el propio estadio y el crecimiento del aforo que permitirá vender más entradas y abonos, así como acoger eventos de mayor nivel como los conciertos que actualmente acoge el estadio de la Cartuja por ser el más grande de todos.

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Lo que ganará la ciudad será una dotación de espacios públicos, con una plaza principal con áreas verdes y peatonales, zonas de ocio y paseo, además de plazas de aparcamiento subterráneo, aunque sean de pago, y espacios comerciales que aumentarán la actividad del barrio durante todo el año; y sobre todo le ofrecerá a la ciudad un nuevo edificio icónico.