Los abogados de Sevilla muestran su «cansancio» por la parálisis de la Justicia, la 'Cenicienta' de la administración

El Colegio de Abogados de Sevilla, siguiendo la iniciativa impulsada por el Consejo General de la Abogacía Española, había hecho un llamamiento a todos los profesionales de la abogacía para concentrarse hoy en los juzgados del Prado. Han encontrado el respaldo de procuradores y graduados sociales. En total, unas doscientas personas detrás de dos pancartas, una con el lema oficial y otra: 'Abogados y procuradores por un turno de oficio digno'. Algunos de los asistentes han acudido con su toga. Otros han preferido no usarla. Apoyando la protesta estaban el abogado y concejal de Vox en el Ayuntamiento Fernando Rodríguez Galisteo y la candidata del partido al Congreso por Sevilla, Reyes Romero.

Fernández León, al finalizar el acto y tras agradecer la asistencia a todos, ha calificado el acto de «histórico» por lo inusual de este tipo de protestas en este colectivo. Y ha advertido de que no van a parar, por lo que se repetirán estas acciones para conseguir «la Justicia que queremos».

Como ya aseguró el pasado lunes, la Justicia vive «uno de sus peores momentos» en Democracia, tras la pandemia del coronavirus y las recientes y sucesivas convocatorias de huelgas de distintos colectivos de la Justicia, todo ello sumado «un déficit histórico y estructural» que el servicio público arrastra desde hace décadas.

«Tras cuatro meses consecutivos de huelgas, se siguen suspendiendo continuamente decenas de miles de vistas, en la mayoría de los casos sin previo aviso, dejando miles de notificaciones sin tramitar, una cuenta de consignaciones y depósitos judiciales paralizada, y señalamientos fijados ya para fechas tan irrazonables como el año 2027», señala el Colegio de Abogados.

Fernández León ha tomado la palabra, respaldado por los últimos decanos del Colegio, José Joaquín Gallardo y Óscar Cisneros, y muchos miembros de su junta de gobierno, para expresar lo «cansado» que están por la situación de la Justicia, «de ver cómo pasan generaciones y generaciones de abogados y abogadas conviviendo con una Justicia lenta, ineficaz, carente de recursos humanos y materiales; de presenciar como a los gobiernos, tanto estatal como autonómico, parece haberles importado poco, o al menos no lo suficiente, la situación siempre crítica de la Justicia; de constatar como en legislaturas precedentes se hayan creado, modernizado y consolidado la educación, hacienda o la sanidad, entre otros servicios públicos, quedando la Justicia olvidada como la 'Cenicienta' de los ministerios».

Y ha aclarado el decano: «Digo 'Cenicienta' porque esperamos que pueda brillar». Pero los abogados también «están cansados de «comprobar que aunque el diagnóstico de los males de la Justicia está bien claro: una reorganización que la haga más rápida y efectiva, así como mayores recursos materiales y personales, que aseguren su calidad, lo cierto es que nadie termina de implementar las soluciones proyectadas para el servicio público de Justicia, aunque sea patente para todos que lo requiere de modo urgente».

Están «muy cansados» de «una pandemia que nos dejó extenuados, y que paralizó a una Justicia que tardó en recuperar la normalidad más que cualquier otra administración, normalidad que ahora se volvió a romper con la huelga de los letrados de la Administración de Justicia, congelando nuevamente la actividad durante meses», añadiendo, como otras causas de la paralización actual, el reciente conato de la huelga de jueces y fiscales y la huelga de funcionarios, que «sigue manteniendo paralizado la justicia, sin control efectivo ni del cumplimiento de los servicios mínimos, y sin viso alguno de solución».

El decano de los abogados de Sevilla, como motivos de su «cansancio», también ha expresado «recibir cada día en nuestros despachos miles de quejas de la ciudadanía por el nefasto servicio público y por el injusto servicio que reciben, sin poder ofrecer ninguna justificación razonable, y a un cliente, que muchas veces no entiende nuestras explicaciones, nos culpa de la situación; la paralización de procedimientos y actuaciones judiciales así como los retrasos en los señalamientos, en los mandamientos de pagos, en las costas, lo que está suponiendo que muchos compañeros y compañeras dejen de trabajar o disminuyan considerablemente su actividad profesional, planteándose incluso el cierre de sus despachos».

«Esta es una de las consecuencias dramáticas para nuestra profesión, y que hace que muchos compañeros y compañeras hayan pasado de 'vivir' en y de la profesión a tratar de 'sobrevivir' ante la falta de casos debido al más que defectuoso funcionamiento de la Justicia», ha alertado el decano, rematando su discurso con el «cansancio» por «el maltrato a la Justicia, y por extensión a la Abogacía», que «se intensifica en la situación que padecen los abogados adscritos al Turno de Oficio y Asistencia Jurídica Gratuita, quienes desempeñan su trabajo en unas condiciones precarias e indignas».

Como dijo el pasado lunes, los abogados también están «muy cansados» de «las tensiones, malos modos, incomprensiones y otros malentendidos que se producen diariamente en los juzgados este contexto crítico, supone que se produzcan muchos casos en los que se socave la dignidad del profesional» y «de carecer de posibilidad alguna de la conciliación de la vida personal y familiar de todos los profesionales que intervenimos en la justicia, sin merma de los derechos de los justiciables».

Y una última queja, «al ver como de nada han servido durante estos últimos años las llamadas de auxilio ante la precariedad de la situación. Las alertas persistentes y contundentes han caído en saco roto, pero seguimos creyendo, y amando, nuestro sistema de justicia, y lo defenderemos con todas nuestras fuerzas, por muchas que sean las deficiencias de su funcionamiento, impensables en cualquier otro servicio público».

Ante esta situación de desesperación, la abogacía sevillana exige «un gran pacto de Estado» para arreglar la Justicia, con una reforma profunda y duradera, haciendo un llamamiento a a todas las administraciones y los operadores jurídicos, al Ministerio de Justicia, consejería del ramo, Consejo General del Poder Judicial, Fiscalía General del Estado, grupos políticos, jueces, fiscales, letrados y personal al servicio de la Administración de Justicia, procuradores y otros profesionales de la Justicia.

«La Justicia no solo es ciega, es frágil. Tenemos que cuidarla. Es lo más importante del Estado de Derecho. Cualquiera de sus operadores puede ponerla en peligro, y no lo vamos a permitir», ha concluido el decano el manifiesto, cerrado con un gran aplauso.