Quien de verdad necesita vivienda puede salir de La Corrala

Con esta última entidad se ha logrado para tres okupas un contrato de alquiler prorrogable a cinco años que se acompaña de una bolsa de 4.080 euros que les permitiría estar sin abonar ninguna cuota durante doce meses, así como ir aportando mensualidades de 100 ó 120 euros en base a lo que cobren en cada momento.

Pero aún residen familias en el edificio de Ibercaja de la avenida Juventudes Musicales ocupado en mayo de 2012 por La Corrala Utopía con el argumento de que no tenían viviendas y no se iban a quedar en la calle.

Durante estos meses, más de un año, algunas persisten, otras se han ido, varias se han desencantado del «fradude y la politización» del asunto y un total de cuatro que han querido encontrar una vivienda social y reunían los requisitos para acceder a ellas ahora están en su casa de alquiler, gracias a la mediación municipal y de entidades financieras.

Las intenciones de los okupas que siguen viviendo en el edificio de Juventudes Musicales han sido puestas en entredicho por varios exokupas que han narrado a ABC cómo hay una «cúpula» que organiza los actos de protesta quiénes tienen que ir y cómo llevar la vida dentro de la «comunidad», poniendo cortapisas incluso a quienes por dedicar el tiempo a buscar trabajo no participaban en actos de cara a la galería.

Además, han denunciado que «los de la cúpula llevan un nivel de vida impropio de un okupa, hacen viajes, van a bares y visten con ropa moderna y nueva» . Incluso señalan a uno en concreto que tiene su propia casa en Sevilla y está «reservando la de Juventudes Musicales para su hija pues está amueblada y todo pero vacía».

Pero no solo ayuda del Ayutamiento de Sevilla han recibido estas familias.

A lo largo de los últimos meses, Ibercaja ha dado sucesivas muestras de buena fe y de su voluntad para ayudar a resolver sus problemas.

El pasado mes de mayo detuvo la orden de desalojo en un intento de impulsar las evaluaciones por parte de los servicios sociales.

Sin embargo, tras dos meses con escasos avances, decidió ejercer su derecho para tomar legítima posesión del inmueble.

De modo que a finales de julio reiteró la solicitud de desalojo forzoso ante el juzgado de instrcución número 3 de Sevilla y en la actualidad está a la espera del lanzamiento de los okupas de las casas en las que residen desde hace más de un año.