'Masterchef Junior 9' se planta deprisa y corriendo en la semifinal

En la primera prueba, los minichefs deben adivinar una serie de alimentos con los que tienen que reproducir platos como gazpachuelo, besugo confitado, pavo especiado al horno, tarta de queso, fresa de feria con algodón de azúcar, lingote de chocolate brillante y Añadiéndole más dificultad al desafío, una caja misteriosa introduce en sus elaboraciones una salsa con aceite de oliva.

Vestidos de geisha y samuráis, Samantha , Jordi y Pepe presentan a quienes van a echar una mano a los concursantes en este reto: Jiaping , una de las aspirantes más majas de ‘MasterChef 9’ , además del maquiavélico Javier y la diva Henar , finalista y aspirante de ‘MasterChef Junior 8’ . A Ariel le encanta el atuendo de los jueces, porque considera que tradicionalmente los japoneses «son ordenados, muy limpios y gente muy respetuosa». Ahora bien, la aspirante sigue prefiriendo ser princesa a guerrera; concretamente, María Antonieta, porque «era muy guapa y tenía muchas joyas y vestidos». Para Carla , en cambio, los chefs van disfrazados con las sábanas de su abuela.

Guillem y Carla reciben entusiasmo en sus valoraciones y los cinco y seis puntos en juego, respectivamente. El gazpachuelo del catalán es un calco del plato que tiene que imitar. «Hay un muy buen trabajo, perfectamente ejecutado, y como si fuese de un hombre mayor». Por su parte, la de Ciudad Real recibe de Pepe una deliberación contundente. «Sabes que un plato está rico si se lo pones por delante a Javier y no para de jamar». Eso sí, se niega a compartir el secreto de su éxito. «Esa receta se queda ‘pa mi pa dentro’, porque para eso soy yo la cocinera».

El lingote de chocolate de Olivia se lleva los cuatro puntos y otra ronda de alabanzas. Por tirar para adelante con un plato complicado, Ariel consigue los tres; aunque con defectos, su besugo está bastante logrado. «A veces te veo trabajando y pienso que tienes 25 años», le dice Pepe. Por no decir 65.

Los dos puntos van al marcador de Gonzalo , quien con las buenas críticas a sus compañeros se muestra inseguro al presentar su tarta de queso. «No os quería presentar esta porquería», asegura. Pero Jordi le recuerda que «la vida es un conjunto de muchos partidos; unos se ganan, y otros se pierden». Que se lo digan a la adorable Alexia , que pese a obtener la puntuación más baja de todos se lo sigue tomando con filosofía. «Los nervios no son buenos, porque te estresas y parece que te vas a desmayar, pero no te desmayas». El chef del ABaC la anima. «Es un postre complicado. No has leído bien la receta. Has fallado con la gelatina. La confianza es un ingrediente fundamental. No nos ha salido, pero no pasa nada». «Por lo menos tiene sabor a fresa, siempre hay algo positivo», apostilla Jiaping .

En la prueba de exteriores a los aspirantes les toca la nada agradecida tarea de desplumar perdices y despiezar ciervos. Junto al lago de Sanabria (Zamora), "disfrutan" de un viaje en el tiempo gastronómico que abarca 12 siglos de historia. Cada equipo cocina en un siglo diferente: el azul, capitaneado por Gonzal o e integrado también por Guillem y Ariel , en la Edad Media; Carla , Olivia y la capitana, Alexia , con los delantales azules, en el futuro. Unos usan fuego y hachas, las otras, cocinas y parrillas solares para proteger el medioambiente.

Pese a la pasión por la Historia de Ariel , al equipo rojo no se le da muy bien cocinar en el pasado y sus elaboraciones rozan el desastre en general. Samantha , siempre tan pacificadora, les asevera que «¡Vamos fatal!», aunque Jordi entra a los fogones a echarles un cable y consiguen encauzarlo. Pero Gonzalo no está muy contento con su liderazgo. Por eso afirma que «me gusta más obedecer que ser capitán y mandar». La desgana del asturiano pone de los nervios a sus compañeros, sobre todo a Guillem . «¡Qué desastre, tío!». El juez catalán es es tajante con el capitán: o cambia de actitud, o el desastre está servido.

Motivación es justamente lo que no les falta a las chefs azules. «Esto va a estar vamos, que se lo va a comer mi padre desde mi casa», expresa Carla .

Y la actitud de unos y otros se refleja en el resultado. «Menudo viaje en el tiempo más turbulento. Habéis venido decaídos de más. Habéis sido muy valientes despellejando el ciervo y usando el fuego, pero habéis fallado en los procesos más básicos. Esto es una gran lección: si nos falta actitud, cualquier reto, por pequeño que sea, nos puede superar», reflexiona Jordi sobre el trabajo del equipo rojo.

Pepe felicita al equipo azul. «No lo habéis tenido fácil. Las cocinas solares molan, pero no son sencillas de usar». Sobre todo los halagos van para Carla , quien no ha parado de currar.

Olivia y Alexia , enfadadas durante el cocinado por un malentendido, acaban fundiéndose en un abrazo de reconciliación para celebrar que son las flamantes ganadoras de la prueba por equipos.

Con Carla y Olivia convertidas en finalistas directas al ser las aspirantes con más puntos, el resto de los pequeños se juegan el pase a la final. Antes, disfrutan de la actuación espectacular del mago Yunke , que hace aparecer a la vivaracha Ofelia . La aspirante de ‘MasterChef 9’  confiesa haberse equivocado de edición. «El Junior es como más yo. Tenía que haber participado en una de ellas y no en la de adultos. Aparento como 12. Ahora tengo que hacerme muy famosa para ir al ‘Celebrity’ y luego esperar a envejecer para participar en el de abuelos».

«Nos espera una noche muy dulce», se despide el mago bajo una lluvia de chocolate. La sorpresa tiene mucho que ver con el reto de eliminación, en el que deben reproducir un postre, un trampantojo con forma de mandarina. Viendo las caras de susto, especialmente de Guillem y Alexia, les facilitan tanto la receta como la ayuda del pastelero Jordi Bordas . No obstante, la benjamina se lía con la receta y rompe a llorar casi nada más empezar. «Va a poder conmigo esto». Pepe intenta que el ánimo no decaiga. «Para mí lo importante es que estés bien y contenta».

Jo rdi (Cruz) hace lo propio con Gonzalo , que tampoco va por buen camino, recordándole que «se aprende de los días malos». Pero sigue torcido durante todo el cocinado, hasta el punto de que amaga con tirar la toalla. «Se acabó, no saco esto». Los nervios le juegan una mala pasada en el resultado.

Ariel trabaja rigurosa y seria, consiguiendo una réplica casi clavada y calmar su autoexigencia. «Por una vez desde que estoy en ‘Masterchef’ me siento satisfecha de que mi plato estaba bueno».

Finalmente, Guillem y su buena disposición consiguen la máxima puntuación y la mejor valoración. «Lo que tú has hecho es ‘garrote’, como diría Martín Berasategui . Me ha gustado tanto que ya tengo caballito ganador para esta edición. No porque tu mandarina sea la mejor, sino por tu filosofía de sentirte orgulloso del trabajo que has hecho».

Por lo tanto, Alexia y Gonzalo se bajan en la semifinal, pero se van a casa con unos cuantos amigos y recibiendo los ánimos de Ofelia . «Habéis estado en ‘Masterchef’, y eso no lo puede decir el 99% de la población».