Clandestino
David Beriain se adentra en el cártel de Sinaloa y las maras de El Salvador
«Comimos en casa de la madre de “El Chapo” e incluso un sicario se ofreció a decirme a quién iba a matar para que lo entrevistara antes», explica el periodista
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Iniciar sesiónCuando David Beriain y su equipo empezaron a pensar en la nueva temporada de « Clandestino », planearon llegar hasta « El Chapo » Guzmán . «Pero su captura lo condicionó todo. Cuando cae el rey en un clan es como en “ Juego de Tronos ... ”, empieza la lucha por el poder. Muchos nos dijeron que si estuviera “el señor” nos habría ido mucho mejor, porque él nos habría abierto las puertas de todo», explica el periodista. « Aún así, tuvimos un acceso al cártel de Sinaloa nunca visto ».
Su paso por esta organización criminal se recoge en los tres primeros capítulos de la nueva temporada de la serie documental producida por 93 Metros y 7yacción , que se estrena este lunes (22.30) en DMax . Los dos siguientes capítulos prosiguen por las zonas más peligrosas de Latinoamérica adentrándose en el mundo de las violentas pandillas (maras) de El Salvador.
«Uno va envuelto en prejuicios, por lo que ha leído y lo que ha visto u oído, tanto real como ficticio. Pero cuando te acercas, la primera sensación es que son personas igual que nosotros , y los desnudas de ese halo de prejuicios. Piensas que serán casi otra especie, y son alarmantemente parecidos: quieren, alguien les quiere... y hacen esto para vivir», apunta Beriain.
En la serie se puede ver cómo se cocina y distribuye la droga pero también el nivel de vida de narcotraficantes de dos generaciones. Los más jóvenes, pistola en mano, no dudan en mostrar su lujoso nivel de vida. «He aprendido que todo el mundo tiene la necesidad de contar su historia en cuanto tienen delante a alguien preparado para entenderlo. Además, los narcos mexicanos son exhibicionistas, les gusta que hagan canciones sobre ellos. Tú tiras de su ego, ellos quieren contar su realidad », reconoce el presentador.
Asaltos tras las cámaras
¿Se valora menos la vida en ese peligroso mundo de sicarios y narcos? « Se valora en todos los sitios igual, simplemente que allí se quita de forma más fáci l», sostiene Beriain, que ha sufrido, junto a su equipo, la dureza de un rodaje de tres meses .
Atrás dejan a los contactos locales, encargados de preparar el terreno y llamar, durante meses, a las puertas necesarias, con el riesgo que eso supone. «Hemos alcanzado momentos de intimidad máxima con esa gente. Comimos en casa de la madre de “El Chapo” e incluso un sicario se ofreció a decirme a quién iba a matar para que lo entrevistara antes», concluye. Es «una montaña rusa emocional».
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