España no irá a Eurovisión si Israel participa en el festival

España se convierte así en el quinto país en confirmar su retirada de Eurovisión en el caso de la participación de Israel tras Países Bajos, Eslovenia, Islandia e Irlanda. Mientras tanto, el director de la radio pública israelí, Kan, ha rechazado retirarse de Eurovisión 2026, según informó 'The Times of Israel'. «No hay razón para que Israel no siga siendo una parte importante de este evento cultural, que no puede volverse político», ha defendido el consejero delegado de Kan, Golan Yochpaz, en un evento de presentación del nuevo contenido de la cadena para este otoño.

Esta decisión de que RTVE finalmente no acudirá a Eurovisión si Israel participa llega tras un festival particularmente movido y cargado de tensiones políticas. Durante la segunda semifinal del certamen en la pasada edición, los comentaristas de RTVE, Tony Aguilar y Julia Varela, mencionaron en la retransmisión la guerra en Gaza y las víctimas civiles (más de 50.000 según Naciones Unidas, entre ellas más de 15.000 niños) mientras presentaban a la candidata israelí, Yuval Raphael. Este tipo de alusiones generaron una queja formal por parte de la televisión pública israelí (KAN) a la Unión Europea de Radiodifusión (UER), que contestó advirtiendo a RTVE que cualquier nueva referencia similar podría llevarla a sanciones económicas.

Además, la UER les recordó que existe un 'manual del comentarista' y unas reglas del festival que exigen mantener la neutralidad política, prohibiendo declaraciones que puedan interpretarse como partidistas o políticas, incluidas cifras de víctimas en conflictos internacionales. Ante esas presiones, RTVE respondió con un gesto precoz: antes de la final emitieron un mensaje en pantalla proclamando «Frente a los derechos humanos, el silencio no es una opción. Paz y Justicia para Palestina».

Por otro lado, RTVE ya había comenzado a llevar esta cuestión al seno de la Unión Europea de Radiodifusión como un asunto de debate sobre el futuro del festival. José Pablo López, presidente de RTVE, remitió una carta al director general de la UER en abril solicitando que se abra formalmente un debate dentro de la organización sobre la participación de la televisión pública israelí, dadas «las preocupaciones expresadas por diversos grupos de la sociedad civil en España respecto a la situación en Gaza». RTVE consideraba que era apropiado que la UER «reconozca esas preocupaciones y facilite un espacio de reflexión entre las emisoras miembro acerca de si debe permitirse la participación de Israel en estas circunstancias».

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El televoto de Eurovisión durante la pasada edición también generó polémica porque Israel pasó de estar en un puesto muy discreto con el voto del jurado (decimoquinto) a escalar hasta la segunda posición final gracias al respaldo masivo del público, algo que no cuadraba para muchos dentro del ente público. Por todo ello, RTVE solicitó una auditoría independiente que aclare posibles anomalías, e incluso propuso «revisar si conflictos bélicos u otras campañas externas podrían estar influyendo en el televoto». Para ello, pidió saber cuántos votos recibió cada país desde España (llamadas, SMS, votos online), ya que lo que inicialmente recibieron fue solo un ranking con los países más apoyados, pero sin los datos exactos de apoyos por país.

En caso de que España cumpliera finalmente su amenaza de no participar en Eurovisión mientras lo haga Israel, las consecuencias serían significativas tanto a nivel simbólico como económico. La primera de ellas es que España dejaría de formar parte del grupo de los Big Five, ese conjunto privilegiado compuesto por los cinco países que más dinero aportan al festival y que, a cambio, tienen asegurada su presencia directa en la final. Perder esa condición implica que RTVE no abonaría la cuota específica de Eurovisión, es decir, la aportación extraordinaria que da derecho a competir y ver la emisión del festival. En términos prácticos, significaría que España no contribuiría al presupuesto del festival ese año, un hecho sin precedentes recientes que alteraría el equilibrio económico del concurso, ya que las aportaciones del Big Five son uno de los pilares de su financiación.

Eso sí, RTVE seguiría siendo miembro de pleno derecho de la Unión Europea de Radiodifusión (UER), por lo que continuaría pagando la cuota de membresía general. Esa cuota, que es independiente del festival, sirve para mantener acceso a la red internacional de intercambio de contenidos y noticias, garantiza la participación en proyectos conjuntos con otras televisiones públicas y, sobre todo, permite a RTVE beneficiarse de acuerdos colectivos tan relevantes como los derechos de retransmisión de grandes eventos deportivos (Eurocopa, Juegos Olímpicos, Mundiales). Es decir, España se desligaría económicamente de Eurovisión, pero no de la UER como organismo, preservando así los vínculos estratégicos que le permiten competir en igualdad con otras radiotelevisiones europeas en el terreno de la información y los grandes eventos.