«Veneno», cada capítulo mejor

A algunos les extrañará la televisión de los noventa, ese «Esta noche cruzamos el Mississippi» donde nació la Veneno televisiva (tras una pieza donde salía ella «puteando» en el Parque del Oeste). En sus memorias, Pepe Navarro cuenta que su reacción al verla en ese reportaje de prostitución fue el de cualquier espectador. «Aquello era un imán». «Desde la llegada de La Veneno, la televisión dejó de ser un pretencioso aspirante a divulgador de cultura y formador de ciudadanos y se convirtió en un templo de la física audiovisual. La electromagnética televisiva había nacido al unirse un medio eléctrico, el televisor, y un ente magnético, la Veneno».

Cuenta también que nunca habló con ella fuera del plató, que quería sorprenderse igual que el público. «A la Veneno había que dejarla fluir libre para sacar lo mejor de ella ». «Era el ritual de lo instintivo, de lo emocional, y había que respetar sus reglas». Pepe Navarro hace un cameo en el quinto episodio, cuando desaloja del plató de «La sonrisa del pelícano», como guarda de seguridad, a Israel Elejalde, que interpreta al presentador.

Los Javis tienen un talento especial para retratar con buen gusto y ternura toda esa sordidez. Lástima que no estén también en el Deluxe para haber puesto a la tártara Alina (la ex del escort de la mujer de Mainat) un filtro. Habría necesitado un calcetín.