Diez cosas que ocurren en «Élite», pero jamás sucederían en tu adolescencia

Aunque los guionistas nunca especifican el nombre de la discoteca a la que acuden los chavales, sí se muestra el reconocible exterior del ahora Teatro Barceló (antigua Pachá). Sí, la mayoría son adolescentes ricos, pero todavía son menores de edad y están cursando Bachillerato. ¿Cuántos adolescentes, residentes en grandes ciudades, acuden día sí y día también a la discoteca y les dejan pasar? Parece ser que el botellón está pasado de moda; y más que de tetrabrik y calimocho (bueno, Rebe k a sí), son de copita (o copaza) de vino.

O dicho de otra manera: el guarreo máximo entre todos y cada uno de los personajes. Tan solo hay que remitirse al primer episodio de la serie cuando, a plena luz del día, Nadia ( Mina El Hammani ) pilla a Lucrecia ( Danna Paola ) y Guzmán ( Miguel Bernardeau ) desnudos en las duchas del instinto. Pero hay más melones que abrir: ¿quién, con esa edad, tendría relaciones sexuales con su pareja en los baños del instituto? ¿Por qué los padres siempre están fuera de casa para que sus hijos hagan lo que quieran? También está el tema del sexteo entre Carla ( Ester Expósito ), Polo ( Álvaro Rico ) y Christian ( Miguel Herrán ), que deriva en un ménage à trois ..., o incluso el polémico incesto entre Lu y su hermanastro Valerio ( Jorge López ).

«Revivir una relación que estaba muriendo». Es lo que le dice Carla a su novio Polo mientras se lavan los dientes antes de irse a dormir. Con 16 años, estos dos adolescentes han caído en la monotonía de una larga relación sentimental. De hecho, ella le pide salirse del «guion» y acaban haciendo un trío, en varias ocasiones, con el macarrilla de Christian, uno de los nuevos alumnos becados de Las Encinas. Para Carla, esta es la manera de «evitar infidelidades».

Cómo gusta un trío en una serie juvenil. Por esta casilla ya pasaron «Gossip Girl» ( Hilary Duff mediante ) y, cómo no, nuestra «FoQ»: primero con los estudiantes Cabano, Paula y Alma; y después con los profesores Verónica, Berto y Vaquero. En «Élite» fueron Carla, Polo y Christian los primeros en caer en el cliché para después los guionistas aportar cierta originalidad con la bisexualidad de Polo; si en la primera temporada tuvo un encuentro a solas con Christian, en la segunda propuso un krámpack a Ander ( Arón Piper ). En la tercera temporada, estrenada el pasado viernes 13 de marzo , hay sorpresón.

«Élite» no es «El señor de las moscas», pero la aparición de los adultos suele ser reducida o anecdótica. Lo cierto es que hay series juveniles, como la noruega «SKAM» , que ni siquiera pone cara a los padres de sus protagonistas adolescentes. El título de Netflix sí les da espacio (fantásticas Eva Llorach y Marta Aledo como madres), pero no suelen ser modelos a seguir. Hay excepciones como la directora del instituto y madre de Ander, comprensiva con la homosexualidad de su hijo.

«Omander» es precisamente el nombre que recibe la pareja de Ander y Omar ( Omar Ayuso ). Aunque su primer contacto fue a través de una aplicación para ligar, se conocieron en persona después de que Christian les presente, pues Ander quiere «pillar» droga y Omar se la vende. Luego está Samuel ( Itzan Escamilla ), que acaba trabajando como camello para la madre de Rebe k a ( Claudia Salas ), interpretada por Llorach.

Puede que los personajes de «Élite» pululen por su instituto día y noche ( pobre Cayetana), pero casi nunca tienen deberes o exámenes por los que preocuparse. Para más inri, ya están cursando segundo de Bachillerato en la segunda parte de la serie, pero ni rastro de profesores agobiándoles por su porvenir o lo decisiva que es Selectividad (ahora EvAU ). Eso sí, Las Encinas tiene un premio para aquel que saque mejor notas: estudiar en el extranjero.

Durante la primera temporada, la maquiavélica Lu, además de contemplar cómo su novio Guzmán bebía los vientos por Nadia, se entretuvo amenazando a uno de los profesores, Martín ( Jorge Suquet ). La mexicana le prometió al docente facilitar una ansiada adopción con su mujer a cambio de que Nadia no le arrebatara el primer puesto como mejor alumna.

Aunque no pasaría en un verdadero instituto de élite, en Las Encinas, los adolescentes pueden expresar su personalidad y creatividad a través de sus uniformes. Mientras que Lucrecia no duda en llevar escote y vestir tacones, Rebe k a lo combina con una suerte de «body» de rejilla.

No vamos a meternos en el terreno pantanoso de los «spoilers», pero hay una evidente razón por la que estos adolescentes no tienen tiempo para estudiar...