«Dime quién soy»: las grandes tragedias del siglo XX, en la piel de la gente común

[Irene Escolar: «Asusta que podamos repetir los errores del siglo XX»]

La serie, que llega en un momento dulce para la ficción española, ya tiene garantizada una amplia distribución internacional. Es una superproducción coproducida por Movistar+ y Telemundo International Studios (que la llevará a Estados Unidos), en colaboración con DLO Producciones . Beta Film , socio estratégico de la plataforma de Telefónica, ya ha confirmado el estreno en HBO Latin America el próximo domingo. No tardará en llegar también a Noruega, Dinamarca y Finlandia.

La historia empieza en Madrid, en 1934 , y luego se traslada a un buen puñado de países, en los que su protagonista, Amelia Garayoa (Escolar) conoce los mayores desastres del siglo a lo largo de varias décadas.

José Manuel Lorenzo afrontó hace años otra adaptación importante, que no terminó de funcionar. Ahora se resiste a hacer comparaciones con «Alatriste» o explicar qué aprendió de la experiencia. Da la sensación que esta vez, aún más, se ha dejado la piel en el intento de culminar una serie grande: «Aprendo todos los días de todo, sobre todo de lo que me dicen mis hijos, más que de las producciones en las que trabajo. Cada una es un mundo nuevo y puedo decir que aquí aprendí lo importante que es tener grandes compañeros de viaje, tener cómplices, saber escuchar y tener la inteligencia y las palabras para ser escuchado. Ojalá solo me hubiera dejado la piel . Me he dejado alguna cosa más, pero bienvenida sea, porque me lo ha devuelto con creces».

Como gratificación añadida, a Lorenzo le queda «la admiración, el respeto y la fraternidad» que ha establecido con Julia Navarro, «que es para siempre», y con Eduard Cortés. «Ellos me han acompañado y enseñado. Hemos tenido que tomar miles de difíciles decisiones y no ha hecho falta alzar la voz».

Para el director, Eduard Cortés, responsable de películas como «La vida de nadie» y «Los Pelayos» y de series como «Merlí» , manejar un proyecto de esta magnitud no le ha supuesto una dificultad especial, asegura.

«Cada proyecto tiene su propia naturaleza y te has de infundir un poco en él y fluir. Este trabajo te da la oportunidad de reinventarte en una aventura completamente nueva. José Manuel Lorenzo me llamó con toda la pasión del mundo y me dijo: "Esto es un tren y lo tienes que coger". Leí el libro en un fin de semana y el lunes dejé todo lo que tenía para coger ese tren, porque me había encantado la historia, los personajes y el libro. Ahí empezó la aventura».

Cortés añade que nunca lo vivió «como algo difícil, duro o torturante». «Me he emocionado muchísimo y me he sentido muy joven porque cada día me levantaba y, aunque había días muy complejos, a la vez eran ilusionantes. Lo he llevado muy bien. He entendido también que las dificultades no solo estaban en lo grande y en lo espectacular, sino que también había mucha dificultad en el trabajo más de lupa , de los personajes, de la exploración de sus emociones, de intentar que tuvieran tantas capas y hondura como en el libro». Al final, no era tan importante rodar en tantos países e idiomas, con tantos figurantes. Lo esencial era «trasladar a la pantalla el alma de esos personajes» que le habían seducido.

Julia Navarro, por su parte, cree que la suya no es una novela de héroes, aunque algunos personajes se dejen, como Lorenzo, algo más que la piel. «Yo creo que es una novela de antihéroes . Ni siquiera Amelia es una heroína. Es una mujer que está en una permanente huida hacia adelante, por los errores que comete. Es un personaje poliédrico, lleno de matices. Construirlo era muy difícil para una actriz, como ha sido capaz de hacer Irene bajo la dirección de Eduard».

Sobre los sucesos que narra la serie, la escritora añade «el siglo xx es un siglo terrible, es de las dos grandes ideologías que provocaron miles de muertos, una gran tragedia». « Contar el siglo, que es lo que yo he hecho, a través de los personajes , era un reto, pero no por contar la historia de héroes, sino por meterme en la piel, como siempre intento, de la gente común, que es la que es capaz de hacer cosas extraordinarias. Estoy segura de que es lo que los espectadores van a ver en Movistar+».

Con más de mil páginas como inspiración, lo difícil era contarlo todo en nueve capítulos. Una película habría sido impensable. Se nota que el montaje ha sido muy trabajado, que estuvo lleno de sacrificios. «Tuvimos la gran suerte de terminar la serie tres semanas antes del coronavirus. Luego, el montaje ha sido un proceso más complejo del que esperábamos, porque Eduard, el montador y yo lo hacíamos desde casa. Domi Parra ha hecho un trabajo excepcional ».

«En la adaptación ya hubo una parte a la que tuvimos que renunciar», agrega Cortés. «Era doloroso, pero no nos debíamos a las escenas que nos hicieran más ilusión, sino a las que trasladaran la esencia del libro ». «Como director, había escenas que me hacía más gracia rodar que otras, pero era muy consciente de esto. Luego los rodajes son una cosa dinámica y también haces sacrificios y finalmente en el montaje vuelves a hacerlos porque te das cuenta de que hay cosas que te encanta como han quedado, pero en el ritmo interno del capítulo hacen más daño que bien y has de renunciar a eso».

La solución la aporta la experiencia: «Cuando llevas muchos años en el campo de batalla, aprendes que la buena gestión de esas renuncias te ayuda muchísimo a que no sean tan dolorosas. Y te enamoras no de lo que has renunciado, sino de lo que no. No estoy triste o frustrado por cosas que no hemos rodado», afirma el director y cocreadror de «Dime quién soy».

«La esencia de "Dime quien soy" está en la serie», confirma Julia Navarro. «Siempre fui muy consciente de que no se podían trasladar mil y pico páginas a nueve capítulos. José Manuel me lo advirtió, pero la trayectoria vital de Amelia Garayoa está recogida. Cuando mis lectores vean la serie, reconocerán la novela que leyeron , aunque falten cosas».