Muere a los 79 años el actor Eusebio Poncela, un hombre (y un actor) siempre excesivo
Intérprete para directores como Pedro Almodóvar, Eloy de la Iglesia, Carlos Saura o Imanol Uribe, también cosechó grandes éxitos en el teatro
Eusebio Poncela: «Mi padre era muy bueno. Yo soy un bicho malo»
Eusebio Poncela, fotografiado para ABC en 2019
«A los tres años ya quería ser actor, aunque no sabía lo que era eso, y participé en funciones infantiles en el colegio. Nunca dudé de mi vocación. La única gente que me interesa son los artistas. Somos los únicos que damos algo de ... verdad. Podemos acertar más o menos, equivocarnos o no, pero vamos a corazón abierto.
Son palabras de Eusebio Poncela en una entrevista con Carmen Rodríguez Santos en ABC en 2019. El actor madrileño, con una vida atravesada por los excesos -«soy un exceso en mí mismo, y eso no me deja tiempo para postureos», decía en esa misma entrevista- murió ayer en Madrid después de luchar durante varios meses con un linfoma, del que solo había informado a sus más allegados. Quedan en el recuerdo su participación en películas como 'Arrebato', 'La ley del deseo', 'Intacto' o 'Martín Hache', en series como 'Los gozos y las sombras' o 'Las aventuras de Pepe Carvalho' y en funciones de teatro como 'La gata sobre el tejado de zinc' o 'Esto no es 'La casa de Bernarda Alba''. En todas ellas dejó su sello personal, esa mirada aristada y puntiaguda, esa actitud esquiva, desafiante y un tanto insolente, y esa voz gallarda y arrogante. «Una de las pocas cosas que pretendo es trabajar en lo mejor y no manchar mi alma en mi oficio», dijo en otra ocasión a este periódico.
Un oficio, el de actor, en que comenzó muy pronto. En 1967, con apenas veinte años (nació en Madrid el 15 de septiembre de 1945), y mientras estudiaba todavía en la Resad, Eusebio Poncela se subió por primera vez a un escenario, dirigido por José Luis Alonso, en 'El caballo desvanecido', de Françoise Sagan, con un reparto verdaderamente estelar: Amparo Soler Leal, Rosario García Ortega, Verónica Luján, Fernando Rey, Pedro Osinaga, Manuel Galiana y Juan Amézaga fueron sus compañeros. «Y comencé a brillar rápidamente, o me lucí, qué sé yo».
Obras como 'Mariana Pineda', de Lorca; 'La baiiiiia', de Philippe Adrien; 'Águila de blasón', de Valle-Inclán; 'César y Cleopatra', de Bernard Shaw; 'Los locos de Valencia', de Lope de Vega -varias de estas en grupos de teatro independiente, que empezaban a aflorar a finales de los sesenta-; y, sobre todo, 'Marat-Sade', bajo la dirección de Adolfo Marsillach, vieron crecer a un actor que aprendía el oficio también con pequeños papeles en espacios dramáticos y series televisivas y también en el cine. 'Arrebato' (1979), de Iván Zulueta -hoy convertida en película de culto- le sirvió para llamar la atención. En ella interpretaba a un director de cine de serie B, atrapado en una grave crisis creativa y personal, y profundamente adicto a la heroína.
Las drogas -tan habituales en la España de los años ochenta- estuvieron presentes también en la vida de Eusebio Poncela, que hablaba sin tapujos de ellas -«para mí fue todo un mundo nuevo»- y que le llevaron, para alejarse de ellas, a viajar a Argentina. «Aquí estaba enganchado a las drogas y la situación era insostenible. Me dije: hasta aquí. En Ushuaia, donde fui primero, no era posible conseguir ninguna sustancia. Al principio, al verme allí, me sentí extraño, me dio un poco pena de mí mismo, y me dije: '¿Pero, nene, qué haces aquí?'. Pero tenía que poner tierra de por medio, o mejor todo un océano, para protegerme. Nunca he ocultado que fui toxicómano y, por supuesto, no me enorgullezco de esa etapa. Por la droga cayó mucha gente, es un mundo sórdido y nada gratificante. Logré deshacerme de las drogas como en un matrimonio que se separa en buenos términos. Algunos piensan que todavía continúo en el asunto, pero no es así. No piensan que pudiese salir solo por mí mismo. Pero sí, fue de esa manera, y el que no se lo crea que se dé un baño caliente. Y si me refiero al asunto del enganche y a cómo conseguí dejarlo no es por exhibicionismo, sino por si le sirve a alguien en el camino. Se puede salir».
Su marcha a Argentina se produjo a mediados de los años noventa. Pero para entonces Eusebio Poncela se había labrado un merecido prestigio con series como 'Los gozos y las sombras', basada en la novela de Torrente Ballester, y 'Las aventuras de Pepe Carvalho', donde encarnaba al detective creado por Manuel Vázquez Montalbán; o en películas como 'Matador' (1986) y 'La ley del deseo' (1987), de la mano de un pujante Pedro Almodóvar. «Nunca llegamos a entendernos del todo bien… Entre dos personalidades como la de Almodóvar y la mía casi era inevitable el choque... Desde 'La ley del deseo' no he vuelto a verle».
En aquellos años ochenta y noventa también siguió pisando las tablas: 'La gata sobre el tejado de zinc caliente' (1984). de Tennessee Williams; 'Loco amor' (1985), de Sam Shepard; 'Orquídeas a la luz de la Luna' (1988), de Carlos Fuentes; 'Morirás de otra cosa' (1992), de Manuel Gutiérrez Aragón; 'Los bellos durmientes' (1994), de Antonio Gala; 'Testamento' (1996), de Josep Maria Benet i Jornet... Pero a partir de entonces se produjo un paréntesis, que rompió con 'Macbeth' (2004). «Lo tengo totalmente agarrado -decía días antes de su estreno-. Como estoy mal de la cabeza comprendo muy bien la obra, la comprendo entera».
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'Esto no es 'La casa de Bernarda Alba'', 'El sirviente' y 'El beso de la mujer araña' han sido los tres últimos proyectos teatrales del actor madrileño, cuya trayectoria en el audiovisual dominó sus últimos años. La serie 'Matices', estrenada hace dos meses, ha sido su último estreno. Antes, hay que destacar películas como 'El rey pasmado' (1991), 'El laberinto griego' (1993), 'Martín (Hache)' (1997), 'Intacto' (2001) o 'Teresa o el cuerpo de Cristo' (2007) y series como 'Los Borgia' (2006), 'El pacto' (2011), 'Isabel' (2014), 'El ministerio del Tiempo' (2015) o 'Merlí. Sapere Aude' (2021).
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