Iván Zulueta: el diario inédito de Nueva York que pone luz a su misterio
Pepitas de Calabaza publica el desconocido hasta ahora 'Diario de Nueva York' del cineasta maldito por antonomasia del cine español, en donde narra su estancia de varios meses en la capital del mundo con 20 años y sobre la que se construyó un relato que no fue tal
El arrebato de J por Iván Zulueta
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Iniciar sesiónHay un fulgor crepuscular cuando Iván Zulueta, en el documental que le dedicó Andrés Duque, 'Iván Z' (2004), cuenta un símil que le gusta sobre la peripecia del salmón: «Algo increíble. Es la vida, claro». Ahí, a sus 60 años, en albornoz ... en su decadentista palacete Villa Aloha, el cineasta explica que cuando los salmones quieren remontar a contracorriente el río, para volver al origen, tienen que superar las cascadas y saltos de agua que hicieron: «Y ves salmones que se equivocan, que yerran, que no lo hacen bien. Entonces acaban yendo a parar a una de esas zonitas muertas que hay en los ríos que no van a ningún lado. Y cuando el salto es más bestial, más probable es que te pase».
El donostiarra dirigió el 'Arrebato', película de culto por antonomasia, su salto más bestial. En 1979. Y poco más se supo... Hasta su muerte, en 2009. O no. Pepitas de Calabaza va a publicar la próxima semana el 'Diario de Nueva York' inédito de un joven Iván de Zulueta en 1964. Una nueva visión que ilumina al genio maldito y misterioso del cine español.
Confiesa Lena Dunham en 'The New Yorker' que vivir en la ciudad de la Gran Manzana exige tanta velocidad que tu vida interior nunca podrá alcanzarte. No es el caso del veinteañero Zulueta y este 'Diario de un artista adolescente', una crónica personal de su estancia en 1964 en Nueva York durante medio año, a donde llegó en un aborrecible viaje durante un mes en el barco mercante Monte Pagasarri. En esas páginas iniciales ya nos da pistas. Viene de clase alta con problemas económicos (es el único pasajero en un carguero), posee espíritu aventurero y es tan reflexivo como intenso: «Escribo estos horrores para que luego me dé cuenta de lo equivocado que estaba; siento que es un disparate lanzarse a un viaje así, solo, completamente solo [...]. Estoy desesperado». Pocas líneas antes, contemporiza: «En fin, resignación. Todo son experiencias, y eso es bueno».
En un estilo directo, ingenioso, hilarante y neurótico, el muchacho de veinte años atraca en la capital del mundo para estudiar en la prestigiosa escuela neoyorquina de la Arts Students League (ASL), con el sueño hasta de exponer. «El Nueva York que ansía y busca Zulueta es el que ha visto en las películas de Hollywood, con 'West Side Story' como máximo referente. Es decir, la cultura popular», apuntan en la introducción Josetxo Cerdán y Miguel Fernández Labayen, Indianas Jones del incógnito cineasta pues trabajan en la clasificación y recuperación del ingente material oculto que el artista creó y atesoró en Villa Aloha sin que lo supiéramos, y que adquirió la Filmoteca Española en 2021: cortos, vídeos caseros y apuntes visuales en cien bobinas (como diez horas de material, casi todo en Super 8), miles de polaroids, guiones, cartas, su colección de discos, portadas… ¡Lo guardaba todo!
Desmontando mitos
Recuerden, de hecho, el disco de J de Los Planetas, poniendo banda sonora a estos vídeos desconocidos en el fantástico 'Plena Pausa', auspiciado por la propia Filmoteca cuando la dirigía Cerdán y que continúa ahora con la publicación de estos reveladores diarios de un joven artista en formación, pues desmonta mitos. Verbigracia, la Wikipedia: «Ingresó en la Liga de estudiantes de arte de Nueva York, donde estudió pintura al óleo y dibujo publicitario. Es aquí donde tuvo contacto con el Pop Art, la Nouvelle Vague y el New American Cinema (con figuras como Jonas Mekas y John Cassavetes)». ¡En absoluto!
«Cuando vemos la historia sobre Zulueta no tiene nada que ver con lo que aparece en el diario. Por lo que sea, hay una articulación de visiones y proyecciones, y todos los testimonios de Jaime Chávarri y de sus compañeros en la Escuela es que Iván sabía de qué iba la cultura pop… Y luego que el tío, fuera cineasta experimental y de vanguardia. Pero lees el diario y no va por ahí. Choca mucho», dice Fernández. Y suma Cerdán: «Este viaje no es lo que hemos creído hasta ahora. Eso que dice Wikipedia, que se había ido de copas con Mekas y Cassavetes y que conocía su obra». Y cierra el otro: «Le podía ir bien esa imagen de cosmopolita hiperconectado al 'pop art', pero el resto hemos engordado el cerdo. Cassavetes igual ni está en Nueva York. De hecho, él está fascinado con pasar tiempo en el Village pero no está demasiado tiempo, no tiene dinero».
Pero sí vida interior, Zuluetín es muy inquieto. Y sus andanzas por Nueva York están delimitadas por esta carestía económica y la frustración por los intentos fallidos de hacer amigos o ligar con «niñas», lastrado por su penoso inglés. Al venir de la alta alcurnia donostiarra, el pequeño Iván tiene contactos con algún hijo de potentado patrio o con el cónsul español Ángel Sanz-Briz, el luego descubierto 'Ángel de Budapest' por salvar la vida a miles de judíos en la Segunda Guerra Mundial, y que en un momento aquí el joven llega a llamar… «melón». Aunque su relación, en verdad, sea amigable, no tanto con su mujer. En estos escritos brilla su simpático descaro.
Así, sin amigos ni medros fluyentes, aunque, por supuesto, lo haría igual, Zulueta va al cine muchísimo en la gran ciudad, incluso varias veces al día, cuando no toca clase con John Peak, por ejemplo, maestro en el cartel de películas para quien también se convertiría un cartelista reputado. Además, conocemos su ránking para los filmes que ve. Desde los cuatro círculos, que significa «me flipa» al '+' para designar que un filme es «horrible». En estos meses verá obras que le gustan de Franju, Resnais, Kurosawa, Risi… Y es un placer leer lo sobrado que va y cómo despoja al tótem: 'Ape regina', de Marco Ferrari, «qué mal hecha está»; 'Shadows', de John Cassavettes, «solo vale como intento de romper con Hollywood, pero es una birria»; o 'Los olvidados', de Luis Buñuel… «Sus películas tienen momentos, planos pésimos, y, sin embargo, el conjunto tiene fuerza. 'Los olvidados' es un semipanfleto, de no demasiado interés, con momentos de insoportable 'amateurismo', otros de un surrealismo logrado, y, en conjunto, una obra vulgar para ser excepcional, y fuera de lo corriente para ser vulgar».
Clase alta donostiarra
Conviene aquí evocar de donde viene este mozalbete. Su padre, Antonio de Zulueta Besson, fue el director del Festival de Cine de San Sebastián de 1957 a 1960, y era el presidente del Club de Tenis y del Real Club Náutico de la capital guipuzcoana, también fundó allí el cineclub Ateneo… «Tiene acceso a una cultura cinematográfica grande, de primera mano. El padre va a saludar a Kirk Douglas o Hitchcock, y eso le desarrolla una cinefilia muy fuerte por los carteles a una edad muy temprana», señala Fernández. De hecho, en otro diario encontrado, del año 1958, con 14 años, hay un autógrafo de Hitchcock, pues se estrenó en el festival 'Vértigo' aquel año.
Y, como nos cuentan los expertos, su destino final, aunque se formara en Nueva York en dibujo y pintura, siempre fue el cine. «Hubo un intento previo de Iván de entrar en la Escuela Oficial de Cinematografía. Hace el examen para fotografía y no lo pasa. Su meta es llegar ahí. Entretanto se está formando en pintura», comenta Fernández. «En casa tiene el cine y la pintura, porque su madre es pintora. Lo que pasa es que es 'amateur'. Pero esa formación cinéfila también la tiene de la Historia del Arte. Gana la batalla el cine sobre la pintura, posiblemente porque su padre en el mundo del cine es alguien y su madre no tanto, y eso le daría una seguridad».
En el diario también le vemos ir a misa en Nueva York a menudo, y no es súper transgresor aunque sí un pensador audaz. «Su madre era muy religiosa y, en ese momento, él no ha tomado aún decisiones que va a tomar a posteriori. Por ejemplo, no ha emergido su homosexualidad, y eso que tiene una ocasión hacia el final del diario en ese encuentro clandestino… No es el Iván transgresor de los años posteriores. Pero sí tiene esa desfachatez y atrevimiento de decir las cosas, que es lo que le va a a convertir en una figura transgresora más adelante, cuando vaya madurando y teniendo otras experiencias vitales. Hay un espíritu inconformista. La simiente está, pero es un chaval de 20 años, el contexto es el que es, su madre es muy religiosa, su clase social es muy concreta y el cóctel cada vez se irá sofisticando», apunta el exdirector de la Filmoteca Española. Y amplía su colega doctor en Investigación en Medios de Comunicación: «Luego, en los 70, vive al margen de la industria, hasta 'Arrebato'. Está fuera, en el mundo del hippismo, drogas, Ibiza, rock and roll y todo eso. Lo que tiene aquí es desparpajo, esa cuestión arrogante, que no sé si es la palabra… Una soltura. Pero está constreñido por su 'hacia dónde voy'».
Diario de 'Arrebato'
A su regreso a España, entra en la Escuela de Cine en octubre de 1964. En 1970 estrena su única otra película, 'Un, dos, tres… al escondite inglés', y el resto es Historia del cine español: 'Arrebato', 1979. El culto y la mística, y lo que nos queda por saber. Porque hay otro diario, aparte de este, el del 58. Y un tercero, el que escribió tras el estreno de 'Arrebato', nada menos: «No hay ningún plan de momento. A nosotros, de la mano de Filmoteca, nos gustaría seguir explorando. ¿Pueden publicarse? Puede. O puede que no. Nosotros tenemos muchas ideas, pero nada concreto. No podemos decirte qué va a pasar».
El sábado pasado, como ejemplo más reciente, 'Babelia', a partir de una consulta, situó 'Arrebato' como la mejor película española de los últimos 50 años. En su día, obtuvo el premio de la crítica en Fantasoporto y poco más. En una entrevista un año antes de morir, cuando le otorgaron la Película de Oro del Festival de Málaga, Zulueta admitió que evitaba verla porque «duele demasiado». En la memoria imborrable, ese tridente actoral con Eusebio Poncela, Cecilia Roth y el también enigmático Will More, y un rodaje complicado, una producción caótica, un montaje eterno, el presupuesto disparado hasta los 14 millones… Y escaso público. No hizo ninguna película más.
«Al principio no la vio mucha gente, pero enseguida se convirtió en una película que todo el mundo busca, que un público destacado va a reivindicar. Y eso va a tener consecuencias buenas y nefastas en Iván. Él lo ha contado sin ningún pudor, el tema de la heroína. Entonces, 'Arrebato' significa un antes y un después. Todo fue muy complicado y se estrena mal, dura poco tiempo. Él, por otro lado, está enganchado. No es una película que genere millones para vivir, ¿no? Por mucho que la haya votado 'El País' ahora, pero en ese momento: ¿y ahora qué? No funcionó mucho peor que otras películas de otros directores que están empezando. Que Iván no filme más no es sólo porque la película va como va, es porque hay mil cosas más alrededor. O sea, la película es importante, hay conciencia de que la película es importante ya desde el principio».
Y este 'Diario de Nueva York' es una oportunidad única e insospechada para poner luz al misterio Zulueta, y como apunta Cerdán, «a cómo construye la cinefilia un personaje que va a hacer esa obra que luego ha sido totémica del cine español. Está ahí y es fascinante ver cuándo una película le arrebata, toda esa cuestión del arrebato está aquí».
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