Diré tu nombre (**): Médicos sin fronteras ni pudor

Vigilante del equilibrio en el mundo, Sean Penn traslada su cámara al drama de la guerra en Liberia y al foco de una ONG de ayuda humanitaria donde unos médicos absolutamente entregados cumplen su misión heroica. Como Sean Penn es un director brioso, intenta que sus imágenes recojan toda la dureza y la tragedia de muchas situaciones extremas, pero también es un cineasta con cierta tendencia a cursilear con aspectos de la vida y el mundo como si las flores tuvieran el deber de oler bien en cualquier circunstancia, y va y llena de diálogos de baratillo y sentimientos de telenovela una realidad de seca tragedia.

Sus dos personajes protagonistas son dos médicos, el que encarna Javier Bardem, un cliché andante al que no le falta detalle (ni siquiera el gen de la guerra civil española ), y la que encarna Charlize Theron , que representa todos los afanes ideológicos del director (ya su ex durante el rodaje) y que pretende estar en todos los frentes, en África, en el romanticismo y en la crítica a la actuación de las Organizaciones occidentales en la ayuda al tercer mundo.

Sin pudor, la película de Penn acoge igual las escenas terribles (las del niño obligado a disparar a su propio padre, las del parto en plena selva…) con otras de atardeceres ñoños y de cuerpos sudorosos al trasluz de la mosquitera blanca. El trabajo de Bardem y Theron, sin quitarles el mérito de ponerse a ello, es tan contradictorio que puede resultar algo bochornoso.

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