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ABC Cultural

Crítica de 'Operación Fortune: El gran engaño': Siempre hay fiesta con Guy Ritchie

La producción está a la altura del divertimento que pretende Ritchie y la colección de escenas imposibles es abrumadora, como es agobiante el ritmo y atosigante la intriga, y todo ello tratado con un tono desenvuelto, casi guasón

Jason Statham, Josh Harnett y Aubrey Plaza
Oti Rodríguez Marchante

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Todos los directores buscan algo, sea lo que sea, gloria, dinero, arte, patatas… Guy Ritchie busca diversión, la suya y la de los demás. Solo un director que quiere divertirse ensaya esos dobles mortales con la imagen de un actor como Hugh Grant ... , al que obliga a convertir su encantadora cursilería en un peligroso potingue: lo que era un cuenco de suave ponche es, en películas como ‘The Gentlemen: Los señores de la mafia’ o esta que ahora se estrena, un barril de whisky peleón y explosivo. Y solo alguien que se divierte le arranca gracia y soltura interpretativa a Jason Statham , ¡con diálogos ingeniosos y hasta con cierta clase! Es cierto que Statham también reparte más que una bicicleta de Glovo, pero eso es la escena de la calavera de Yorick para un actor como él, su ‘atizar o no atizar’, y esa es la cuestión.

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