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ABC Cultural

Crítica de «Atardecer»: El conejo en el sombrero austrohúngaro

Es toda una tradición en el cine húngaro de festival: una puesta en escena a base de largos planos en los que la cámara se mueve perpetuamente al compás de la Historia (Miklos Jancso) o de ideas más abstractas (Béla Tarr)

Juli Jakab encarna a Írisz, una joven en busca de su pasado familiar ABC

Antonio Weinrichter

Es toda una tradición en el cine húngaro de festival: una puesta en escena a base de largos planos en los que la cámara se mueve perpetuamente al compás de la Historia (Miklos Jancso) o de ideas más abstractas (Béla Tarr). Este estilo «perpetuum mobile», ... que de tan sistemático se convierte en dispositivo, lo prolongaba László Nemes en su estupefaciente opera prima «El hijo de Saúl», con la que estuvo a punto de convertirse en artista residente del circuito festivalero. Nemes añadía allí una idea muy cinematográfica: ver a alguien mirando (¡lo que hizo Hitchcock con esa premisa!) pero sin que nosotros veamos lo que mira, una premisa radical pero irreprochable cuando el contracampo del protagonista es un campo de concentración.

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