COMPLEMENTO CIRCUNSTANCIAL
No hay quien lo entienda
A Pedro Sánchez le pasa como al programa de Broncano en Movistar, pero al revés
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Iniciar sesiónCOMO si se hubiera adelantado el fin de curso, el barómetro del CIS de este mes de abril viene repartiendo suspensos para todos los líderes políticos de este país. Ninguno de ellos llega al cinco, ni siquiera raspado, aunque da la impresión de que todos ... han estudiado con los mismos apuntes porque, más o menos, todos sacan notas similares, es decir, suspenso. Ni el presidente del Gobierno, ni el líder de la oposición, ni la lideresa suprema de Sumar consiguen pasar el listón. Algo parecido ocurre con los miembros del gabinete del Gobierno, y ni siquiera la empollona de la clase, Margarita Robles, pasa de un mediocre aprobado, aunque eso sí, sacándole mucha ventaja a Fernando Grande-Marlaska que anda por el tres y medio y es, de nuevo, el último de la clase, junto con su compañero de banca, el ministro que parecía que no había roto un plato. Es el precio de no estar atentos en clase, de estar siempre en Babia, de no hacer las tareas y de no saberse la lección cuando se la preguntan. No hay quien saque provecho de esta gente.
Lo curioso es que Pedro Sánchez sea –otra vez- dentro de lo malo, lo mejor. No tengo la menor duda de que, con el tiempo, el fenómeno Sánchez se estudiará en las facultades como algo fuera de lo normal. Porque convendrá conmigo en que no es normal que un cuarto de la población española siga pensando que es nuestra mejor opción e incluso, que, en términos de confianza, haya subido casi un punto con respecto al mes pasado, a pesar de las concesiones a determinadas autonomías, del escándalo de las mascarillas, del Koldogate y de la ausencia de presupuestos generales para el país. Un misterio, ya le digo. Porque los españoles seguimos pensando –según Tezanos- que nuestro principal problema sigue siendo la crisis económica, seguido muy de cerca por el paro y la poca confianza en los políticos, lo que explicaría, en parte, las malas notas obtenidas por todos.
No sé yo si se pondrán las pilas y alguno de nuestros políticos estará para aprobar cuando pasen las elecciones vascas y catalanas –ya sabe que todo depende de ellos-, y antes de que lleguen las europeas, pero lo que sí sé es que a los españoles –en general- no hay quien nos entienda. A Pedro Sánchez le pasa como al programa de Broncano en Movistar -que todo el mundo dice que lo ve, pero no supera el 0,15% de cuota de pantalla en el momento en que se emite en televisión- pero al revés: nadie lo vota, pero sigue subiendo en intención de voto en las encuestas. Tampoco me extraña, porque los españoles estamos acostumbrados a las contradicciones. Fíjese, un sesenta por ciento de los encuestados considera que la situación económica del país es «mala» o «muy mala», y el mismo porcentaje declara que su situación económica personal es «buena o muy buena». A ver si le salen a usted las cuentas, o es que también nos merecemos un suspenso.
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