DESDE LA CORNISA
Malamadre muy cabreada
Nuestra última esperanza disipada fue con los cacareados permisos retribuidos para cuidados de hijos
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónSiento en no pocas ocasiones haber llegado siempre tarde en cuestiones relativas a la maternidad. Me explico: cuando una es madre más allá de los 35, la amenaza del riesgo en el embarazo se instala en la mirada de muchos que reprueban sin decírtelo abiertamente ... tu decisión de haber retrasado ese momento. A pesar de que son múltiples, y de peso, las razones que han llevado a las mujeres de mi generación a aplazar la maternidad, no podemos escapar del mohín de desaprobación que tanto nos molesta, sobre todo cuando las hormonas andan del revés por culpa de esa nueva vida que crece dentro de una.
Vencidos los riesgos de la gestación y el alumbramiento, la siguiente prueba de fuego llegó cuando se acabó el permiso de maternidad y tocaba compaginar los pañales con las ruedas de prensa y los crímenes sin resolver. No llegué a tiempo para que mi marido disfrutara del mismo permiso paternal y tocó tirar de escuela infantil a falta de abuelos, que es la otra salida de emergencia para tantas familias españolas. Cuando se aprobó equiparar la baja retribuida de padres y madres, en mi casa se escuchó una frase que ha venido para quedarse por lo reiterada en el tiempo: «Pues sí que llega tarde la medida». En mi hogar, no tuvimos esa oportunidad para mejorar la conciliación que es la clave de bóveda, y no otra, para mejorar los índices de natalidad de un país que se está haciendo viejo, muy viejo.
Las escuelas infantiles no son baratas y las ayudas no están al alcance de esa clase media que lo paga todo y a la que le subvencionan casi nada. Fue una letra más que se incorporó a la economía familiar y que se duplicó hasta superar la hipoteca cuando la familia creció. El suspiro en forma de lamento se oyó de nuevo cuando la Junta de Andalucía aprobó la gratuidad de las matrículas de primer año en las mal llamadas guarderías: «Otra vez llegamos tarde, con el dinero que nos hemos dejado». Bien invertido, eso sí.
Nuestra última esperanza disipada fue con los cacareados permisos retribuidos por cuidados para niños menores de 8 años. A pesar de que Europa lleva años señalando a España por no cumplir con una directriz obligatoria para ayudar a la conciliación de las familias; aquí este Gobierno progresista, feminista, verde y cool se había hecho el sueco en algo nuclear para la vida de millones de madres y padres. Pero la situación parecía que iba a cambiar este verano. Necesitados de un conejo en la chistera para hacer olvidar otros asuntos, se anunciaron los nuevos permisos retribuidos. Y a mi, como a Laura Baena, la fundadora del movimiento malasmadres, se nos ha quedado cara de tonta tras leer la letra pequeña. El Gobierno sólo incluye a las familias con niños nacidos a partir de agosto de 2024, en plena depresión aguda de la natalidad. Para que las cuentas les salgan...a ellos.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete