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Errores populares

Las mayorías holgadas, duraderas y sin necesidad de vender el alma al diablo, se obtienen ganando el espacio de la moderación

Silvia Tubio

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El viento de las encuentas sobre intención de voto sopla favorable para la derecha española. Unos números que han llevado al PP y a VOX a intensificar el discurso revisado de aquel 'márchese señor González' que Aznar convirtiera en mantra. Para los de Abascal el ... anticipo de las elecciones en estos momentos -de cumplirse lo que dicen los sondeos- es vital porque pasaría de ser una fuerza emergente a convertirse en clave esencial para que los populares regresen a la Moncloa. Y es precisamente con ese crecimiento de la extrema derecha cuando el PP debería marcar distancias más pronunciadas, detenerse en la alocada estrategia diaria de desgaste del adversario político y trabajar como única opción y no compartida de cambio de Gobierno. En Génova seguro que recuerdan que en este país las mayorías holgadas, duraderas y sin necesidad de vender el alma al diablo, se obtienen ganando el espacio de la moderación. Es, ese inmenso terreno por el que transitan tantísimos españoles, capaces de votar a diestra y siniestra, porque sólo quieren un estado de bienestar con la mayor limpieza posible en sus instituciones. Unos ciudadanos hartos de esa polarización que lo ha contaminado todo, reduciendo cualquier cuestión a una pelea de fachas y rojos. Y todo aquel que trata de zafarse de esa absurda dicotomía es un apestado. Porque desde que uno se levanta hasta que se acuesta está obligado a posicionarse sobre todo, a expresar una opinión aunque carezca de ella.

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