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LA TRIBU

Toreros

Las figuras no quieren toros duros; y a los inexpertos que tienen que jugárselo todo en una tarde les sueltan leones con cuernosas

Caida picador de Fortes. Toros de Victorino Martín PALOMA AGUILAR
Antonio García Barbeito

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En Villamanrique se dice una frase muy cierta, cuando alguien, con toda la tranquilidad, le llama artista a cualquier: «¿Artista? ¡Po no es mesté na pa sé artista…!» Sí, es menester mucho, tanto como serlo, ni más ni menos. Pero hay algo para lo que ... se necesita más: para ser torero. Creo que fue Emilio Muñoz quien acuñó la certera frase: «Antes, había que ser torero para comprar un cortijo, y hoy hace falta un cortijo para ser torero.» Emilio, que es torero distinto —por artista—, es hombre distinto cuando habla sin miedo a que la lengua pueda ser políticamente incorrecta. Yo, que le aplaudo muchísimas de sus frases, celebro cuando habla. Antier, en uno de sus comentarios en el sexto toro, le pedí las dos orejas y el rabo: «¿Este es el toro que Sevilla quiere, un toro con cerca de seis años? ¿Es que no hay toros en el campo?» Creo, querido Emilio, que si no fue ese toro, fue el segundo de Lama de Góngora, el que conoce la plaza de toros de Sevilla mejor que los alguacilillos, porque, según he oído, ya estuvo de sobrero el año pasado. Si es así, vaya plan. Emilio no dejaba de pensar en voz alta, sin miramientos —bueno, sí, mirando por la fiesta, más que por intereses empresariales, y sin morderse la lengua por estar contándoselo a medio mundo—, y decía que si de verdad queremos que sigan saliendo toreros, ese, el de echarles toros con cerca de seis años a chavales que se lo tienen que jugar todo en una tarde, es un flaco favor, cuando no una zancadilla.

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