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EL RECUADRO

El referente

Que un Parlamento autonómico proponga como presidente a un sedicioso, cobardón prófugo de la Justicia, es una desgracia

Carles Puigdemont en su comparecencia en Copenhague REUTERS
Antonio Burgos

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Como la que el olvidado Tomás Salvador llamaba la Real Academia de la Calle está que no para creando apócopes como «indepes» o «separatas», tengo muy abandonados mis altos estudios en Filología Tertulianesa. Y he de retomarlos a petición del público, pues por muy graves ... que sean las irredentas cuestiones patrias, el cachondeo nunca debe faltar, pues ya saben: el humor es un arma de destrucción masiva y la mejor defensa. Estoy llegando a la conclusión de que, como la materia, el Tertulianés ni se crea ni se destruye, sino que se transforma. De golpe y porrazo los que van de plató en plató y de emisora en emisora pegando saltos como los cigarrones, Doctores Liendres que de todo saben y de nada entienden, han dejado de usar una voz del Tertulianés que antes no se les caía de la boca: «gobernanza». ¿Qué pasa, que ya no es deseable la gobernanza? ¿O es que ha dejado de haberla, y a los hechos del panorama de las relaciones del Reino de España con los que quieren independizarse de él me remito? ¿Es «gobernanza» un arcaísmo del tertulianés, como la honradez parece arcaísmo del PP en Valencia, tras las últimas revelaciones del Bigotes?

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