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LA FERIA DE LAS VANIDADES

La realidad y el deseo

Los territorios abonados al nacionalismo en España son los privilegiados, los que están poblados por niños caprichosos que lo quieren todo aquí y ahora

Luis Cernuda JM NIETO
Francisco Robles

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Lo señalaba, con verbo certero, el sabio Rogelio Reyes en la entrevista que publicamos ayer. El acierto de Cernuda fue descubrir y poetizar la característica principal que define al hombre contemporáneo: esa escisión que va más allá de la vivencia para entrar en lo metafísico, ... y que provoca la división del ser humano entre la realidad y el deseo. Huérfano de las convicciones de antaño que explicaban la vida y la muerte con un sistema cerrado e indiscutible, el hombre del siglo XX empezó a transitar por un camino donde no había certezas: la duda es la senda. Sin anclajes dogmáticos, ese hombre apabullado por la realidad cambiante se refugia en el deseo que lo libere del mundanal ruido. Un deseo que puede ir desde la ascensión platónica, al refugio en los placeres de lo dionisíaco. Un deseo que ya no es la otra cara de la realidad, sino la realidad misma. El deseo ya no es la potencia, sino el acto, que diría Aristóteles.

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