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PÁSALO

Lo niego todo

La verdad histórica no tiene colores, ni carnés, ni directrices ideológicas

Un acto de homenaje a las víctimas de la Guerra Civil RAÚL DOBLADO
Felix Machuca

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En un autorretrato musical del maestro Sabina, ese poeta popular con canciones para diecinueve días y quinientas noches, para calles melancolías y abriles robados, para las ventas del fino la Ina y las juergas de la cocaína, una vez más borda con su letra lo ... que hoy pretende apañar la política con la reforma de la Ley de Memoria Histórica. La canción a la que aludo la conocerán bien. Lo niego todo. Y su estribillo se vuelve martillo sobre el yunque de nuestra conciencia cuando canta: Lo niego todo/aquellos polvos y estos lodos/lo niego todo/ incluso la verdad… Algo de eso parece que perpetran nuestros padres de la patria, toda vez que la reforma de la ley citada, a impulso acomplejado del socialismo, intenta establecer una visión única y exclusiva de la historia, castigando económica y judicialmente el presunto delito de no faltar a la verdad. Corren malos tiempos para la memoria cabal y para los historiadores. Que serán los encargados de transmitir, con sus investigaciones sumisas al imperio de la nueva Ley, sucesos ocurridos hace más de cuarenta años. Por definición legal, todos malos, deshonrosos y execrables.

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