Ayesa 2026

El nuevo accionista, como cualquier otro fondo de inversión, no tiene vocación de permanecer a largo plazo. ¿Qué debe ocurrir? Ayesa absorberá a otras empresas y ampliará sus capacidades para duplicar sus ventas hasta 2026 y superar así los 500 millones de negocio. Cuando llegue ese momento, el desenlace natural pasará por cuatro opciones: 1) que aterrice un nuevo fondo de inversión (aún más grande) que releve a A&M Capital; 2) que haya una salida a Bolsa; 3) que se produzca una fusión con otra gran sociedad que tenga una actividad complementaria; 4) o que se den las tres circunstancias citadas juntas. Antes de llegar a cualquiera de estos escenarios, el liderazgo de la gestión recaerá sobre José Luis Manzanares ‘junior’ y su equipo de confianza y, con toda seguridad, habrá opciones para que cada una de las ramas de la familia opte por mantener o acrecentar su posición actual o bien recoger ganancias.

En una región que adolece de grandes empresas, es una buena noticia que haya una organización afanada en adquirir otras compañías y conquistar nuevos mercados en todo el mundo. Ayesa no solo puede ser en el futuro una gran firma cotizada con sede en Sevilla, sino que vivirá también una peripecia en la que cientos de hombres y mujeres adquirirán experiencias que les servirán en el futuro para fundar sus propias empresas o bien para trasladarlas a otras firmas andaluzas con ambición de crecer (tal como ocurrió tantos años en Abengoa). Para muchos profesionales es más estimulante trabajar en una multinacional controlada por un fondo de inversión que en una compañía netamente familiar; mientras que el fundador, por su parte, ha vendido una parte muy relevante del capital en un momento en el que la valoración de las empresas tecnológicas está en niveles históricos (la cifra de la transacción, teniendo en cuenta que Ayesa no tiene deuda, debe ser muy relevante). A priori es una gran operación para todos, aunque para evaluar su resultado habrá que esperar a 2026.