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DE RABIA Y MIEL

Botiquín

La música, las canciones, son extractos de belleza que no caducan, botellas con mensajes dentro que vagan por los océanos de nuestras circunstancias

Santi Gigliotti

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Hay mañanas que me levanto sin ganas de nada. Malaje, gruñón, gris. El café me despierta, la ducha me espabila, pero siguen ahí esos nubarrones pesados, como si durante las horas de sueño me hubiese empapado de ácido, como si Morfeo me hubiera estado administrando ... veneno. Todos sabemos cuál es esa sensación de pensar que nuestro pie izquierdo es la espada del Rey Arturo, que está encallada en la piedra del pesimismo. La cucharilla del café es una tortura, las voces de la radio son de repente desagradables. Todos los tertulianos parecen tener un gargajo incrustado en la garganta. No sé por qué, pero se me antoja que todos tienen halitosis y me están echando su aliento pestoso en la cara. Los anuncios son una cantinela asquerosa que pesa más de la cuenta.

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