Duelo contra la ruina en el pabellón San Pablo

Pongamos los antecedentes sobre el parqué. Al igual que otros equipos de la ACB, el antiguo ‘Caja’ era viable con el respaldo de un gran financiador como fue Cajasol (que aportaba una parte relevante del presupuesto). Tras la desaparición de esta fuente de ingresos, se salvó de la liquidación en 2016 gracias a la aparición de Ángel Haro, que puso al baloncesto bajo el amparo del Real Betis y patrocinó al club con su antigua empresa Energía Plus. Pero para no ser deficitario hacían falta más apoyos privados y públicos de forma recurrente que rara vez llegaron, así que se inició un proceso de venta que ha derivado en una nueva dualidad en la ciudad. Por un lado, el grupo jurídico madrileño Hereda –liderado por el abogado Pedro Fernández– se impuso en la compra del equipo y selló una alianza con el Betis para fomentar el deporte base. En este proceso desbancaron a los empresarios del sector audiovisual Gonzalo y Sergio Crespo, dueños de Emociona Media y exjugadores de las categorías inferiores del Cajasol, que a su vez han lanzado el equipo ‘Caja87’ para recuperar la esencia del viejo club. El Betis actualmente juega en la segunda división del basket y es favorito para el ascenso, mientras que ‘el Caja’ debuta en tercera.

Un solo club tenía que intentar llenar 7.000 plazas del pabellón San Pablo en cada partido y nutrir un presupuesto superior al millón de euros para competir en la ACB, y difícilmente se logró. Ahora que hay dos proyectos en paralelo, ¿hay espacio real para ambos? En la pretemporada de las dos escuadras se ha notado que la competencia agudiza el ingenio, y ambos han desarrollado campañas audaces para ‘enganchar’ aficionados.

Al margen del desempeño que cada cual tenga en el pabellón San Pablo, será interesante ver la masa social y el apoyo que logran suscitar a lo largo de la temporada. De ello dependerá el factor decisivo para la pervivencia de ambos, que radica en la influencia social para lograr los ansiados patrocinios que sostengan un presupuesto competitivo. Si alguno de los dos consigue ser rentable sin recurrir a la ayuda de la administración pública, se habrá obrado un milagro deportivo y empresarial. Por el momento, que bote la pelota en San Pablo..