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sol y sombra

La bendición de San Patricio

Rivero Taravillo biografió a Cernuda, sevillano heterodoxo de Glasgow; quizá por eso fue el más celta de los poetas andaluces

Lucas Haurie

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Tanto tino tuvieron quienes le organizaron a Antonio Rivero Taravillo en febrero un homenaje al anunciarlo como «el escritor total», que su última pieza literaria ha sido el pregón póstumo, género inédito en la Literatura universal, que se leerá mañana en el Círculo Mercantil para ... inaugurar la Feria del Libro Antiguo y de Ocasión. Una semana después de aquel acto en la biblioteca Infanta Elena, despidió con unos versos preciosos a otro poeta, Emilio Durán, amigo a pesar de que él era morigerado como un gentleman mientras que su veterano colega se inspiraba con los vapores de Venus y compadreaba con Baco en cuanto tenía ocasión. «Me han interesado siempre mis mayores, / y treinta años eran la medida / que, separándonos, nos reunía / con dos generaciones de por medio. / Llevaba ciego lustros: eso hizo, / supongo, que me recordara joven. / Yo lo vi envejecer hasta que el tiempo / me privó de su vista. Últimamente, / cada cual en su casa entretejía / los mimbres del olvido o la distancia».

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