pásalo
Nuevo Torneo
La ciudad no puede perder el control de esta zona de Sevilla sin temer lo peor
Por mirar para otro lado y bailar bajo la lluvia del olvido, hoy tenemos en el Polígono Sur uno de los guetos urbanos más perturbadores de Sevilla que, en palabras de Emilio Calderón, el cura que lo fue de las Tres Mil durante toda una ... vida, me confesaba la pasada semana que aquello es el basurero de Sevilla, el muladar donde la ciudad concentra lo que ni le gusta y le sobra. Un gueto no se hace de la noche a la mañana. Ni se reconduce a base de presupuestos de socorro y de servicios sin estructuras. Se gana si de verdad se quiere ganar la plaza para la ley y el orden y no para la foto de ocasión política, porque de tal guisa se deja al barrio a la merced de sus nuevos dueños. Arranco con esta reflexión, avalada por años de periodismo y por el eco guardado de personas que conocen bien la génesis del Polígono Sur, porque se emiten señales de buscar otros estercoleros, otros muladares sin ley ni orden. Las tribus urbanas más asilvestradas colonizan nuevos territorios. Y se actúa a tiempo y con contundencia legal o veremos nacer un esplendoroso parque temático delincuencial, de carácter internacional, en donde se den las condiciones.
Lo de Nuevo Torneo que el martes desvelaba nuestro compañero Jesús Bayort es uno de esos lugares donde se dan todas las condiciones para que lo ganen los comanches. Ya sean bandas latinas o marroquíes. En ese espacio que la Expo conquistó a las fronteras del muro y de las vías del tren, aquella tapia del subdesarrollo y el desconchado que captó el objetivo genial de Martín Cartaya, se convirtió en un paseo maravilloso con el lujoso disfrute de sus vistas al río. Lo que nació como territorio libre de sospechas vandálicas y paisaje novísimo para el ciudadano, se ha pasado por la ventanilla correspondiente para rellenar los papeles de la indecencia. Aspirando con ello a ser territorio para bárbaros y esquina de sofocón y miedo para quien se cruce con algunos de los pandilleros de guardia. Nuevo Torneo no puede convertirse en otro lugar donde la ciudad pierda su control y les prohíban el paso a las personas decentes.
Una operación de limpieza de la policía, con un centenar de agentes activados, pasaron la aspiradora por la zona a principios de semana. La dejaron tan limpia (desde discotecas dudosas a elementos antisociales) como el móvil del fiscal general y tan relajado como el trabajo del musical hermano del presidente de gobierno. El mensaje que dejó la redada policial fue claro y contundente: aquello no nació como campo de batalla de bandas juveniles, ni como una adaptación de West Side Story en versión Nuevo Torneo. Está reservado el derecho de admisión y quien venga a romper botellas en la cabeza del prójimo lo paga. Ojalá sea cierto y se repitan las actuaciones policiales. No se puede perder este Torneo. Mirar para otro lado ya sabemos las consecuencias que trae…
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