Esa indecente osadía

Con esa indecente osadía que tienen para hacérselo en todo aquello que no sea su casa y sus ideas, levantó la voz para dar a conocer las listas negras que tiene su partido, señalando los próximos objetivos políticos que la nueva situación les garantiza. Dio nombres y apellidos, como si de un Nuremberg se tratara, de los jueces, periodistas, agentes del orden y ex ministros que deben pasar por las horcas caudinas de las futuras comisiones de investigación que los enjuiciarán. Todos ellos, como comprenderán, desempeñaban sus funciones ante la insurrección independentista, donde los outsiders eran sus levantiscos correligionarios y los señalados por la señora Nogueras los que defendían la unidad territorial y la Constitución. La señora, tallada en la piedra durísima de la doble moral montuna de Montserrat, hizo valer el dicho que tan bien maneja el argumentario independentista: los pirómanos no eran los que quemaban el bosque de contenedores de Vía Layetana. Los incendiarios eran los bomberos que intentaban apagarlo.

Pidió Nogueras juicio y cese. Por lo que, interpreto, que no hace falta ni juicio, porque la decisión ya está tomada. Mucho me temo que, con la deriva del partido de Sánchez hacia el lado oscuro de la razón, tan cerca de ellos que ya defienden lo mismo, esas comisiones acabarán con las carreras de profesionales que cumplieron con su deber y no como otros que cambiaron de opinión un 23J. Hasta entonces, recuerden, no había nadie en el PSOE que defendiera la amnistía. Desde entonces para acá empezaron a levantar muros con los ladrillos de la concordia, el entendimiento y el final del conflicto. ¿Cuál era el conflicto? ¿El que desmentía los resultados electorales de los independentistas o el conflicto de intereses de poder que guiaba a Sánchez para repetir en La Moncloa? Nogueras es fiel a esa tradición tan española de condenar a los leales y premiar a los traidores. Nos diluimos en un bla,bla,bla de mentirosos compulsivos y zambombas buenistas que consagran la desigualdad…