PÁSALO
Circuito americano
El museo de América debería trasladarse a Sevilla por pura coherencia
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Iniciar sesiónAlguien debería de acordarse de José Bono, ex ministro de Defensa y expresidente manchego, e imitarlo en una de sus más recomendables actuaciones, ajenas por su puesto a la tan conocida capacidad adhesiva de sus manos. Me refiero a la pelea que mantuvo en su ... día para trasladar el museo del Ejército de Madrid a Toledo, a lo que se opuso hasta Cascorro, en cuyo Alcázar se ubicó tras convencer a Narcís Serra. Como se decía en las crónicas del siglo pasado con absoluto éxito de crítica y público. En Sevilla, donde tanto echamos de menos un museo de América, alguien debería imitar a Bono y empezar a dar la brasa en Madrid reivindicándolo , tan desinflado de atención y público como al parecer está en Madrid. A Sevilla se le cae la boca de proclamar su americanismo, su vinculación con la otra orilla, su memoria histórica como puerto y puerta de Indias. Pero paradójicamente, no tiene un museo de América. Es como si a los tejanos se les hubiera olvidado abrir en Houston un museo de la Nasa.
Sevilla es romana, andalusí y americana. Profundamente americana. En sus dos universidades hay departamentos de América donde se estudia e investiga sobre lo que en su día fueran las provincias hispanas del ultramar. En Sevilla se ubica, el Archivo de Indias, lugar donde está documentada la memoria de más de tres siglos de vida común inter atlántica. En Sevilla se restauran, por fin, las llamadas Atarazanas que fueron almacenes y depósitos de materiales que iban o venían del otro lado del mar, que eso sí que era arte contemporáneo de verdad… En Sevilla, perdonen mi insistencia, está la antigua Fábrica de Artillería, donde se fundieron los cañones destinados a defender la flota indiana y que hoy están dispersos por medio mundo: desde La Habana a la Florida, desde Puerto Rico a Madrid. Ese americanismo se resuelve en el siglo pasado con dos grandes exposiciones universales que la ayudan a crecer y modernizarse: la del 1929 y la de 1992. Ni Nino Bravo le cantó tanto a América como Sevilla, que la convirtió en el inmenso jardín de sus sueños, estudios y anhelos.
Pese a todo lo expuesto no tenemos un museo americano. Ni visos de que se meta en la carpeta de asuntos urgentes. El museo sigue en Madrid, con más pena que gloria, allá por Moncloa, a contramano de los flujos turísticos. Aquí formaría parte del circuito americano de la ciudad: río, Archivo de Indias, Atarazanas y museo. ¿Dónde lo colocamos? En San Bernardo habrá sitio sobrado en el llamado Espacio Magallanes, en la Fábrica de Artillería. Los más escépticos dirán que eso solo se le ocurre al que asó la manteca, que no somos capaces de conseguir la ampliación del de BB.AA. y vamos a pedir uno nuevo para que se rían en nuestras narices. Yo argumento que esas peleas merecen la pena. Son las que le dan sello de marca a la ciudad y a sus gestores, bendiciendo el sudor, el esfuerzo y la constancia que se invierta en conseguirlo. Insisto: alguien debería disfrazarse de José Bono y recordar cómo se llevó hasta Toledo el Museo del Ejército tras convencer a Narcís Serra. Una pelea donde en los despachos no habrá ninguno del equipo del alcalde ni de la Junta. Pero la peor gestión es la que no se hace ni se considera…
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