trampantojos
Otoño en Santa Justa
Nuestra estación se ha convertido en un no-lugar lleno de trenes desamparados y tristes
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEn su novela «La piel», Curzio Malaparte describe cómo un hombre es atropellado por un carro de combate norteamericano mientras festejan la liberación de Roma. Por un desventurado azar, ese accidente transforma la alegría de la fiesta en una tragedia.
He recordado este pasaje pensando ... en la cruel y absurda muerte del joven Álvaro Prieto en la estación de Santa Justa el 12 de octubre, día de la Fiesta Nacional. Esta azarosa muerte, que nos confirma nuestra condición de marionetas en manos de un destino caprichoso, ha rivalizado durante días con cientos de muertes en guerras lejanas. La excepción privativa que le ha otorgado preeminencia en las noticias ha sido el cúmulo de circunstancias que la han rodeado: la desaparición primero, con su séquito de conjeturas funestas, el desenlace fatal cargado de interrogantes que inquietan y duelen. Y, sobre todo, la proximidad, esa cercanía que convierte las desdichas ajenas en propias.
Para mí Santa Justa es un territorio cercano, dichoso, lleno siempre de promesas viajeras. Habré pasado centenares de veces por los mismos lugares por los que anduvo Álvaro. Allí he repasado guías de viaje saboreando anticipadamente destinos soñados.
Sin embargo, hace ya varios días que la fatalidad de este joven de mirada rubia nos agarró el alma y ahora ese mundo se ha teñido con matices de cobre sucio, el color de las tardes más tristes del otoño. Pasará mucho tiempo hasta que deje de mirar las vías reproduciendo en la imaginación las secuencias recreadas por la infografía de los medios.
Marc Augé teorizó sobre los lugares de tránsito definiéndolos como no-lugares. Ahora Santa Justa me parece más no-lugar que nunca, un escenario de vías retorcidas con olor a óxido flotando en una nada llena de trenes desamparados y tristes.
¿Cuántos kilómetros separan Córdoba de Sevilla? La herramienta digital me dice que andando la distancia es de 133, pero ahora esa cifra me parece macabramente inexacta. Hoy Córdoba está a años luz de Sevilla.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete