la ALBERCA
Mariló y Broncano
La entrevista a la periodista retrató al farandulero: ella representa el progreso frente a la involución del sectarismo
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Iniciar sesiónHay una diferencia entre Mariló Montero y Broncano que es insalvable para el supuesto humorista de TVE: la educación. El cara a cara entre ambos sobre la tauromaquia fue una demostración de intolerancia por parte del 'antitaurino', que se empeñó en ridiculizar a la periodista ... en todos sus argumentos. Broncano hizo una exhibición de supremacismo moral e intelectual ante Mariló, que aguantó con serenidad y torería las embestidas del altivo presentador de 'La Revuelta'. «Los toros os gustarán, pero eso es maltrato animal sí o sí», sentenció el divino opinador sin prestar atención a una sola de las respuestas de ella. Desde la atalaya de la razón suprema. Sin embargo, esa autoridad mayestática que le imponía con el apoyo del público, curiosamente unidireccional en sus abucheos a la invitada, se desvaneció cuando reconoció que él es «de izquierdas progresista». Nunca entenderé por qué el izquierdismo se ha apropiado en exclusiva del progresismo porque se puede ser perfectamente un rojo retrógrado y un progresista de derechas, pero Broncano se lo espetó como un marchamo de superioridad casi mesiánico. Montero se quedó quieta ante los tornillazos de tan ingenioso ignorante y jamás se puso a su altura. No se acomplejó en ningún momento. Y tampoco usó una sola palabra gruesa. Defendió algo tan en desuso como la tolerancia a las opiniones contrarias y la riqueza de la discrepancia, pero él se empeñó en retratarse: «Tus argumentos son ridículos». La periodista había metido el dedo en el ojo al farandulero al decirle que había llegado a TVE gracias a la alfombra roja que le había tendido Pedro Sánchez y al repasarle la inclinación de la cadena pública hacia la izquierda en su parrilla actual. Y el divertidísimo orador al que apenas se le entiende nada se acogió entonces al truco más antiguo del manipulador: «¿Cómo dices que aquí no os dejamos opinar si estás diciendo lo que te da la gana ahora mismo?». He repasado varias veces la 'entrevista' y no he sido capaz de encontrar el momento en el que Mariló le reprocha la mordaza. Pero ante semejante repaso, el presentador necesitaba quedar por lo alto.
Es cierto que Broncano al menos le arreó con ella presente, que es un detalle. Pero tuvo que sentar muy mal a la cadena la queja de Mariló porque al día siguiente no se emitió un solo programa en el que no le diesen para el pelo. Lo más divertido es que todos lo hacían apelando a la libertad que ella había usado durante su participación en 'La Revuelta', pero abusando del poder que da la cámara cuando el atacado sólo puede ver lo que le dicen desde su casa. Y eso me lleva a mojarme contra los que opinan por encima incluso de Dios. Lo malo de Broncano y de sus amigos no es lo que ellos piensan sobre los toros o la derecha, sino la soberbia de creer que los otros son inferiores por opinar distinto. Mariló Montero les dio una lección de progreso que tal vez ellos no han aprendido: la educación, que es la raíz del respeto al contrario, de la cortesía y de la libertad verdadera frente al atraso cavernícola del sectarismo.
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