Suscribete a
ABC Premium

Perdigones de plata

Vuelve el chándal

En la bolsa de Koldo yacían un par de chándales, que es la prenda habitual del enjaulado

La incertidumbre

La pierna

Ramón Palomar

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Me fascinan los finos detalles que se agazapan en la rebotica del pensamiento ajeno porque, pese a su banalidad digamos doméstica, revelan la personalidad del otro. Cuentan que Ábalos se derrumbó cuando el juez, el otro día, no le mandó de prisión preventiva. Pero ... también apuntan, y en esto encuentro verdadero jugo, la precaución de Koldo, mucho más entero que su exjefe, al llevar en el maletero de un coche una bolsa con la impedimenta básica que necesitas al entrar en el trullo así de sopetón. Han chivado que, además del neceser y de unas prácticas chanclas, yacían un par de chándales, que es la prenda habitual del enjaulado por aquello de la comodidad intramuros.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia