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la huella sonora

Me encanta la vida

El planeta en el que estamos es una anomalía azul y verde dentro de un infinito oscuro y frío. Esto son unas vacaciones pagadas. Hay que ser muy idiota para desperdiciarlo

Las cotorras

El apagón y la oscuridad

José F. Peláez

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El domingo pasado, mientras yo pensaba en cómo encajar a Bellingham en el esquema de Xabi Alonso, mi hija rompió su silencio para decirme muy seriamente: «Papá, me encanta la vida». Yo la miré fijamente mientras esperaba que el razonamiento pudiera ... tener algún tipo de continuidad, pero nada. Eso era todo. La niña no tenía nada más que decir. Yo no le respondí -¿qué se supone que debo decir?- y seguimos caminando en silencio mientras intentaba buscar en el manual de buen padre la respuesta adecuada a este tipo de epifanías. Apenas un minuto después la encontré y le dije: «A mí también». Y seguimos caminando, de nuevo, en silencio.

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