McLaren Technology Center: un día rodeados de magia

Todo estaba preparado para empezar a diseñar y fabricar deportivos de calle cuando, probando uno de los monoplazas, Bruce McLaren falleció en un trágico accidente en el circuito de Goodwood. Era 1970 y Bruce tenía solo 32 años, pero cientos de sueños en marcha, tantos que al día siguiente de su entierro, todos los empleados fueron a su puesto de trabajo para continuar trabajando en ellos.

Con los años la empresa cayó en manos expertas, como las de Ron Dennis, artífice de la introducción de la fibra de carbono en los monoplazas y, con ello, de los grandes éxitos en competición con Ayrton Senna y Alain Prost que catapultaron la imagen de McLaren en los años ochenta y noventa y convirtieron al equipo en el segundo más victorioso de la historia de la F1, solo por detrás de Ferrari, con nada menos que 19 títulos.

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Alex Adalid

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A la vez, McLaren seguía envuelta en diferentes competiciones, ganando la IndyCar y aventurándose en los turismos gracias al talento de Gordon Murray, que diseñó el McLaren F1, el primer deportivo de calle del equipo, y el primero del mundo en equipar un chasis de fibra de carbono, un material que hoy en día es un estándar en la competición. La versión de carreras de ese turismo ganó en las 24 Horas de Le Mans de 1995, dando a McLaren lo que se conoce como la 'Triple Corona', con victorias en Mónaco, Le Mans e Indianápolis, las tres carreras más relevantes de la historia.

Entre los aficionados más jóvenes McLaren empezó a sonar cuando el equipo fichó a Fernando Alonso para la temporada 2007. El 'dream team' formado por el bicampeón asturiano y el 'rookie del año' Lewis Hamilton se presentó en Valencia en lo que para muchos ha sido la mejor presentación de un Formula 1 en la historia.

La temporada 2007 debía haber sido mítica, pero terminó de la peor manera posible, y McLaren perdió un título que, por coche y pilotos, tenía ganado. El puesto de Ron Dennis fue cuestionado, y el equipo de carreras quedó moralmente tocado. En cambio, mientras se sufría en las pistas, en esos mismos años se fraguó la llegada de McLaren Automotive, la división de automóviles, que 'renació' en 2010, lanzó su primer coche en 2011 y se consagró en 2013 con el superdeportivo P1de 916 CV en una era en la que los grandes fabricantes apostaron antes que nadie por los híbridos: Ferrari LaFerrari, Porsche 918 Spyder y McLaren P1 electrificaron sus entrañas para hacernos soñar con coches de más de mil caballos de potencia.

El McLaren triunfó de tal manera que pronto llegó toda una saga de deportivos con un diseño espectacular, firmados por el español Frank Stephenson –su padre es obviamentre inglés– y con una mecánica de élite puesta a punto por el mismísimo Lewis Hamilton primero... y por expertos de la marca después.

Hoy en día, más de mil personas trabajan cada día en el McLaren Tecnology Center, diseñado por Norman Foster e inaugurado en 2005, y en la fábrica contigua, estrenada en 2011. En el edificio se respira el ambiente de las grandes fábricas de relojería de precisión, con acero, cristal y color blanco y gris a partes iguales. Aquí se alojan el equipo de Formula 1, el de Formula E, el de la Indy, el de Extreme E… y así hasta completar todas las categorías en las que compite la marca británica.

A su lado, los estilistas y jefes de desarrollo de McLaren Automotive siguen creando sueños como el McLaren Solus, diseñado para el videojuego Gran Turismo y llevado a una serie limitada para los más locos de los coches, junto a joyas de las 'Ultimate Series' como los McLaren Senna, Speedtail o Elva que salen de la fábrica pagados a precio de oro… y aumentando su cotización en cuanto llegan a los mejores garajes del planeta.

El Technology Center tiene un bulevar donde se reúnen todas las joyas que han hecho historia en la marca, junto a esculturas de bronce de Ayrton Senna o James Hunt firmadas por el artista español 'Pauloz', todo con un orden que permite visitarlo como si fuera un museo. Destacan el McLaren F1 LM en conmemoración de la victoria de 1995 en Le Mans, un Artura firmado por todos los empleados, los Fórmula 1 más importantes de la marca, como los primeros de fibra de carbono o los 4x4 eléctricos de la nueva categoría deportiva Extreme E.

Tras recorrer el boulevard, el paso a la fábrica de turismos se hace a través de un túnel en el que se acumulan los numerosos trofeos conseguidos por McLaren, y entre los que atisbamos varias 'españolas' como las de los GP de España o Valencia, también el McLaren fabricado con piezas de Lego más grande del mundo o un desnudo chasis de carbono que muestra lo poco que pesa esta tecnología.

La fábrica de montaje luce impoluta, y allí se ensambla cada parte del coche en unas carrocerías que llegan pintadas a este coliseo donde se produce el montaje de motores, interiores, equipamientos, suspensiones...

McLaren produce menos de 5,000 deportivos cada año, algo que puede cambiar radicalmente si, como se rumorea, llega el esperado SUV de la marca. Es seguro que están trabajando en ello, lo que no será tan fácil será conseguir la luz verde del consejo de administración, ya que los SUV muy 'familiares' como el Porsche Cayenne o el Lamborghini Urus triunfan, pero los más deportivos, como el Aston Martin DBX, está costando venderlos.

¿El Ferrari Purosangue? La marca italiana vende todo lo que lanza al mercado, así que McLaren se enfrenta a un dilema del que pronto conoceremos la solución. Entre tanto, y si bien McLaren no ha anunciado aún coches eléctricos, sí que se abre camino la electrificación en forma de motores híbridos enchufables en su gama, sin ir más lejos el nuevo Artura, que probamos hace unos meses en las carreteras de San Francisco.

Dejamos este paraíso para hacer algo todavía mejor: conducir un 765LT Spider mientras esperamos al diseñador detrás del éxito de los coches de la marca. ¿Nos acompañan?

El 765LT Spider es, simplemente, el coche más potente y caro de la gama McLaren... aunque si lo pedimos ahora mismo será difícil comprarlo porque solo se han fabricado 765 unidades para todo el mundo, sin duda un modelo muy exclusivo.

La unidad de prensa, vestida de un color morado con decena de matices, tiene todo tipo de opciones, el mágico chasis de fibra de carbono signo de la marca y un motor V8 biturbo de cuatro litros con 765 CV de potencia máxima... que hoy debemos conducir con el volante a la derecha y circulando por el carril equivocado, así que tendremos que tener cuidado si no queremos que nuestra primera visita a McLaren sea la más viral de las redes sociales... y también la última.

Antes de meternos en el coche hay que admirar cada detalle de la carrocería de carbono, cada toma de aire delantera o salida trasera, los escapes o el hueco donde se aloja el motor para entender la enorme ingeniería que esconde esta obra de arte. Nos introducimos en el coche de forma más sencilla que en otros superdeportivos –aunque tampoco es fácil– y arrancamos la caja de los truenos para, una vez que el enorme edificio de McLaren desaparece de nuestro retrovisor y la temperatura del motor es correcta, acelerar un poco más a fondo ¡vaya aullido!

El motor sube de revoluciones casi sin límite mientras peleamos mentalmente con carreteras sin arcén, cruces al revés y rotondas tomadas en sentido contrario a las del resto del planeta. Salimos indemnes, e incluso en un tramo de autovía podemos disfrutar de su capacidad de recuperación. Por dentro, un volante redondo y sin botones ¡aleluya! permite centrarnos solo en conducir, accionando las levas del cambio automático de doble embrague y siete marcas que permiten a este coche llegar a los 345 por hora con el techo cerrado y a los 325 km/h si abrimos el techo, como hacemos en nuestra parada para la sesión de fotos y video.

El McLaren 765LT cuesta 425.000 euros en España, opciones aparte, su techo se esconde en once segundos, y puede ser de cristal con opacidad variable, un ejemplo más de tecnología, la misma que hace que la conducción pueda ser brillante en circuito sin perder capacidad de uso 'cotidiano'.Aunque se han vendidos todos es posible todavía encontrar uno en algún concesionario.