Carmen Iglesias, la única diputada del Grupo Mixto del Parlamento de Galicia tras ser expedientada por Esquerda Unida y sufrir el rechazo por parte de sus colegas de AGE, defendió en el pleno de este martes la única proposición de ley a la que tiene derecho por periodo de sesión. La dedicó a pedir una modificación de la ley que regula la red de apoyo a la mujer embarazada. La cuestión derivó en un debate sobre el aborto y el derecho de los profesionales de la sanidad a la objeción de conciencia. Pero lo más llamativo de la discusión fueron los ataques realizados hacia Iglesias por parte de sus excompañeros de Alternativa Galega de Esquerda y del PSdeG.

«Nos sorprendió que la Mesa aceptara la proposición tal cual viene planteada. No tiene forma de tal, ni artículos explicitados. Me gustaría que la proponente lo aclarara en su turno de réplica», indicó la diputada Eva Solla. Además, aludió a que la exposición de motivos estaba extraída de una propuesta de un foro feminista. También la socialista Carmen Acuña reprochó «la redacción del texto y su forma. Pero si los servicios jurídicos de la Cámara lo admitieron, no vamos a ponerle trabas».

Iglesias contestó desde su escaño: «Aquí no estamos juzgando ni la redacción ni la forma del texto, sino el contenido». Y a Solla —sin mirarse—, le matizó que esa asociación de mujeres de Orense fue fundada por ella misma: «Me pidieron que trajera la iniciativa. Si no le queda aclarado, se lo sigo aclarando más tarde».