Las vacaciones de Borja Thyssen y Blanca Cuesta junto a sus hijos... y muy lejos de Tita Cervera

Si a Borja Thyssen le interesaba escenificar un presunto distanciamiento con su madre, la verdad es que le ha salido bordado. Como cada verano, se ha llevado a su esposa, Blanca Cuesta, a su isla favorita para disfrutar de sus vacaciones de verano en compañía de sus cinco hijos: Sacha, de 16 años; Eric, de 14; Enzo, de 12, Kala, de 10 años y la pequeña India, de 3. Por no faltar, hasta se llevaron a sus perritos. Con pañales, por cierto. Eso sí, de Tita Cervera, ni rastro.

Tanto a la pareja como al resto de la familia se les pudo ver muy felices disfrutando de una jornada de mar en la que se lo pasaron de miedo haciendo equilibrios sobre una tabla de surf –unas veces con más fortuna que otras- y dando un ruidoso paseo en moto acuática.

Tanto Blanca como Borja estuvieron muy pendientes de su prole, pues de todos es conocido que son unos padrazos. Primero sus niños y luego todo lo demás. Todos se lo pasaron fenomenal jugando en el agua e inmortalizando para la posteridad todas las aventuras móvil en mano.

Se trata de un verano muy especial para los Thyssen, ya que hace meses que se rumorea una posible mudanza del matrimonio y a esto habría que sumar que las hermanas mellizas de Borja, Carmen y Sabina, cumplieron la mayoría de edad el pasado 6 de julio.

Tita Cervera aseguró hace unos meses en una entrevista en 'Espejo Público' que la relación con su hijo pasaba por un momento cordial, pero ni está ni se la espera por Ibiza, donde tiene casa. Según apuntan numerosos medios, parece que la relación vuelve a ser gélida. Como tantas otras veces.

Al parecer, y según se apunta desde el mundo rosa, Borja Thyssen se enfadó mucho al escuchar a su madre decir en esa misma entrevista que veía a su hermana Carmen como «su sucesora» y desde entonces no hay relación. De hecho, el pasado 6 de julio sus hermanas cumplieron 18 años y él no acudió a la celebración.

Lo que es indiscutible es que veintiséis años después —y casi 17 de casados—, Borja y Blanca no disimulan –ni tiene por qué hacerlo- que forman un matrimonio absolutamente compenetrado y cómplice.

Así lo están demostrando en las escenas veraniegas que están protagonizando junto a sus hijos en las aguas de Ibiza, donde pasarán unos días de descanso antes de viajar hacia otro destino desconocido. Muy lejos de Tita Cervera, según parece.