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La Terremoto: «Siempre llevo una sobrasada para regalar»

La 'show woman', que se estrena como diseñadora, nos habla de cómo vive la dualidad entre el personaje y Pepa Charro, la persona

«La Terremoto de Alcorcón» se incorpora al reparto de Pedro Almodóvar

'La Terremoto' torres ibarzo

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La Terremoto de Alcorcón es la cara visible de Pepa Charro (47 años), la mujer que lleva discretamente su vida ajena a la popularidad, pero que se ve arrastrada a la vorágine de las locuras que comete su personaje: «La palabra rutina la desconozco, no sé ni cómo se escribe. Yo salgo de casa con mi bolso gigante lleno de cosas y no sé dónde voy a terminar el día. No saber dónde vas a poner el huevo es una forma de vida. A veces me despierto y no encuentro el interruptor de la luz ni el número del mando a distancia donde está cada canal de televisión». Son gajes del negocio.

Y, por si fuera poco, ha aceptado la propuesta de Eduardo Navarrete de convertirse en diseñadora para la Torrevieja Weekend que se celebra el 14 de junio: «Tras mi paso por 'Maestros de la costura' me pareció divertido rendir homenaje a mis diseñadores favoritos, desde Caprile a David Delfín, con una colección que definiría como 'over size', porque estoy harta de la dictadura de la talla 36 (mi ropa no marca las lorzas, ni físicas ni mentales), y divertida, creada para jugar con las mangas largas, las colas enormes o los colores imposibles». Está entusiasmada, pero agotada: «La he titulado 'La primera y la última', porque es demasiado esfuerzo y ahora entiendo que tantos abandonen el mundo de la moda. Es muy duro».

Doble personalidad

En una alfombra roja, la discreta Pepa Charro pasa desapercibida mientras que La Terremoto es el centro de atención de todas las miradas: «Gracias a ella, puedo bailar de un extremo con comodidad». Pepa presume de ser «una buena amiga, leal con la gente que quiero. Si cometo un fallo, será inconsciente, pero me gusta estar pendiente, felicitar las Navidades, los cumpleaños, dar apoyo cuando las cosas no van bien, que sepan que estoy ahí».

Le gustaría ser «un poco más activa en cuestiones que afectan a lo que pasa en el mundo porque creo que no somos lo empáticos que debiéramos». Por eso sufre cuando ve que la vida sigue igual «mientras vemos lo que pasa en Gaza, por ejemplo. Me duele la miseria moral, que no nos echemos a la calle gritando: '¡Se acabó!'».

Para superar esos momentos, Pepa busca la paz «en el sofá de mi casa, con una tostada de pan mallorquín con sobrasada, que es lo más. Yo siempre llevo una sobrasada de regalo para los compromisos», reconoce con un toque de humor.El misterio rodea la vida privada de Pepa Charro, de sus amores y su familia, pero aclara que el romanticismo es importante para ella: «De hecho, para las dos, Pepa y La Terre, porque sin amor la vida es un truño. Soy romántica, pero sin abusar. Lo soy para esperar que mi pareja me apoye, me abrace, me bese. El tacto es muy importante. Y tener una sonrisa para todo el mundo, ser amable. Puedes no enamorarte y seguir siendo romántica porque eres idealista, aspiras a que las cosas vayan a mejor. A mí, que tengo un bar, me parece un detalle romántico saber el nombre de todos los clientes, porque forman parte de tu vida». Aunque asegura que ella no aspira a «grandes metas, porque no me gusta la decepción. Tengo un buen perder, por eso voy a los 'realities', porque como detesto la frustración no me hago mala sangre. Mi único sueño por cumplir es ir a la Feria de Jerez, que es uno de mis sitios favoritos del planeta», sentencia.

Diario personal

El 'emoji' que más usa «El de la risa con lágrimas de tanto reír. Lo uso para cerrar la conversación porque siempre apaña cualquier desastre o barbaridad que haya escrito. La risa lo salva todo, también en la vida real».

Se haría un 'selfie' con «Lola Flores. A este paso, pronto será posible. Incluso tenerla como voz en lugar de Siri. Me encantaría».

Un sacrificio por la fama «Pues gracias a la carcasa que supone ser 'La Terremoto', no he tenido que renunciar nada. Ha sido mi escudo. A veces estoy con amigos conocidos y la gente pide hacerse una foto y la hago yo, nadie me reconoce».

Un momento 'tierra, trágame' «Cuando me preguntan por Pepa Charro».

Algo que no puede faltar en su día a día «Una buena amiga a mi lado».

Un propósito que nunca cumple «Ser feliz al 100 por ciento, me quedo en un 90 por ciento».

Un lugar para perderse «En Mallorca, sin duda. Siempre que puedo intento perderme en los rincones de esa isla».

Su primer beso «Fue extraño, nuevo, divertido, oscuro, y me hizo sospechar que había algo más. Fue en Andalucía, entre risas, que siempre es algo maravilloso».

Tiene miedo a «A no ser feliz y a no ayudar a los demás a serlo. Soy disfrutona y quiero que todo el mundo disfrute también».

Dentro de 10 años se ve «Estaré mejor, mucho mejor, sin duda. Es algo que no crees cuando eres joven, porque te ves peor, pero a cierta edad haces 'click' y todo cambia».

'La Terremoto' de niña abc

La pequeña Terremoto «Era tímida, discreta, mentirosa. Mi madre decía que yo era muy 'novelera' porque me creaba vidas paralelas. Me creé un mundo propio, lleno de imaginación para jugar. Siempre disfrutando. Era una niña muy sociable, pero tenía esos momentos para mí en mi universo. Era muy curiosa. Por ejemplo, cuando llegaban niñas nuevas al colegio yo me interesaba por ellas, quería ir a su casa, saber cómo eran sus vidas».

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