Muere a los 82 años María Teresa Campos, la mujer que vivía para comunicar

Hacía dos años que María Teresa Campos se había retirado de la vida pública a causa del infarto que sufrió y que le provocó un deterioro progresivo de su salud. Pero su nombre, indudablemente vinculado a la historia de la televisión de este país, no se había borrado de la memoria de sus miles de seguidores que siempre la acompañaron en todos sus periplos profesionales, de la radio a las principales cadenas de televisión, donde forjó su leyenda de 'Reina de las mañanas'.

Sus primeros pasos televisivos los dio allá por el año 1981 como colaboradora del programa 'Esta noche', presentado por Carmen Maura en TVE. Jesús Hermida la fichó en 1986 como una de sus «chicas» en la cadena pública y a partir de ese momento su carrera profesional cambió por completo. Tanto que acabó siendo reconocida con la Medalla de Oro al Mérito en el trabajo, varias antenas de oro y dos premios Ondas.

Tras su consolidación en la cadena pública, donde estuvo hasta 1996, saltó a Telecinco. Allí firmó uno de los contratos más altos de la televisión privada para presentar el programa 'Día a Día' (1996-2004), que la convirtió ya para siempre en la 'reina de las mañanas'.

En 2004 abandonó Mediaset y fichó por Atresmedia para presentar el programa 'Cada día', que solo duró un año. Su movimiento fue todo un terremoto en el ecosistema televisivo, que a su vez empujó a otros fichajes de la competencia, como el saltó de Ana Rosa Quintana desde la tarde de Antena 3 ('Sabor a ti') a las mañanas de Telecinco ('El programa de AR'). Ana Rosa dobló el pulso a su competidora y la aventura de María Teresa Campos en Antena 3 se agotó. Eso sí, no se rindió. Y la presentadora regresó a Mediaset en 2009 para pilotar el espacio '¡Que tiempo tan feliz!', que se emitió en las tardes del sábado y del domingo y volvió a triunfar, lo que le sirvió para ser proclamada 'reina de los fines de semana'. Uno de sus últimos proyectos fue 'La Campos móvil' en 2021 , en Telecinco, pero solo se emitió un programa.

Su gran pasión era comunicar. Y para hacerlo buscaba fórmulas que rompieran con lo establecido: fue la primera en incorporar tertulias políticas en los programas matinales de televisión, que los críticos consideraban 'de marujas', un término que a ella se sacaba de quicio. Parecía tener una espinita clavada por no haber sido actriz, de ahí su debilidad por las secciones en las que daba rienda suelta a la interpretación junto a su querido Paco Valladares o a sus protegidas, Lara Dibildos o Rocío Carrasco. Su amor por el espectáculo la llevó incluso a atreverse a cantar y montar números musicales.

El corazón de la Campos siempre estuvo entretenido. Se le conocieron breves relaciones, como las que mantuvo con el empresario sevillano Felipe Maestro, el periodista José María Hijarrubia, el empresario químico Santiago García o el abogado argentino Gustavo Manilow, pero quien dejó verdadera huella fue el arquitecto Félix Arechavaleta, con quien estuvo 14 años. La idea del matrimonio rondó por su cabeza, pero Félix falleció en 2006 de un infarto. El último amor de la Campos, Bigote Arrocet, la condenó a un circo mediático del que no pudo escapar.

En la emisora, con apenas 15 años y recién estrenada como locutora, María Teresa conoció a José María Borrego. Se casaron en 1964, tuvieron dos hijas, Carmen y Teresa, y a él le diagnosticaron una enfermedad que dio paso a un proceso depresivo que acabó en tragedia: el periodista, por entonces director de Radio Nacional de Marbella, se quitó la vida en 1984. Ese hecho marcó a la familia para siempre. María Teresa solo habló una vez del suicidio de su marido. Fue con Risto, en el programa 'Chester': «Fue una constante desde que yo me casé con él, el decir que iba a hacer eso. Lo pasamos muy mal todos».

María Teresa siempre ejerció de 'madre coraje', haciendo de tripas corazón para protagonizar, incluso, un reality junto a sus hijas, 'Las Campos', en el que pudimos ver las entrañas de una relación complicada e intensa entre las tres. Por ellas hizo de todo, hasta deshacerse de su impresionante mansión con piscina climatizada en una lujosa urbanización de Molino de la Hoz para alquilar una casa en Aravaca que le permitiera estar más cerca de la familia. Carmen ejercía de directora de programas, a Terelu le dio la oportunidad de ponerse ante las cámaras.

Trabajó con ambas codo con codo, por ellas era capaz de cualquier sacrificio: las defendía con uñas y dientes en cada polémica en la que se veían envueltas. Y ellas hacían otro tanto con su madre, sobre todo cuando la enfermedad empezó a hacer mella de manera cruel e inexorable. Más tranquilo fue su papel como abuela de José María y Carmen Rosa, los hijos de Carmen, y de Alejandra, la hija de Terelu, quien aprovechó su papel como colaboradora en televisión para dar los partes sobre la salud de su abuela. Se ha ido la Campos. Se va un mundo con ella.