ecos del pasado
Javier Rigau, ex de Gina Lollobrigida, el hombre que catapultó a la fama a Carmen Lomana
La socialité se arrimó al joven catalán en una cena en Marbella, el verano de 2007. La foto de ambos juntos le sirvió para salir del ostracismo social
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AMPARO DE LA GAMA
Verano de 2007. Ella con un vestido rojo de alta costura y él con un esmoquin blanco. Alienación de planetas y salta la exclusiva en la prensa del corazón, que le iba a cambiar la vida a Carmen Lomana: «Javier Rigau, el empresario que ... protagonizó la boda más sonada con Gina Lollobrigida, ha encontrado de nuevo el amor en una atractiva millonaria viuda, llamada Carmen Lomana, años mayor que él y muy bien relacionada con la alta sociedad española«. Así rezaba a manera de epitafio, lo que sería el salto a la fama de la socialité marbellí, que por aquel entonces era una perfecta desconocida entre la fauna de anónimos con ganas de ser.
Este encuentro marco un antes y un después en la vida de la leonesa, que ese día acudía ataviada de sus colores favoritos, a la Gala de Concordia, que todos los años se celebraba en el Marbella Club, para recaudar fondos para los enfermos del Sida. Entre photocall y photocall se colaron instantáneas de la pareja. Los invitados famosos eran apuestas seguras, y el ex de la legendaria italiana Gina Lollobrigida, fue el colofón de la velada. Su presencia fue el centro de atención de las cámaras de los medios de comunicación y de las miradas de los más de 300 asistentes a la velada.
Y como si del cuento de Cenicienta, la magia hizo de las suyas y provocó la foto más codiciada de la noche, la de la dama de rojo y el galán de esmoquin blanco. Algunas de las asistentes, a la Gala benéfica, significan a ABC que: «Nada fue casualidad. Que va. Lomana se iba haciendo hueco como podía para colarse en la foto. Ella siempre quiso ser famosa, y vio el cielo abierto cuando este 'playboy' de la tercera edad, le rio las gracias y allí se acopló«.
Ese día se encontraban en la cena rostros populares asiduos a los saraos en Marbella, como Beatriz de Orleáns, Nina Junnot o Gunilla Von-Bismark. «Nadie se hizo foto con Rigau tonteando, solo, Carmen Lomana es la que se arrimó. Qué casualidad. Ella que siempre iba detrás de los periodistas para que la sacaran y nadie le hacía caso por aquel entonces. Este día vio el cielo abierto con este jovenzuelo«, precisa alguien que un día fue muy amiga de la 'celebritie', y ahora no tanto. Muchos conocidos de su entorno, piensan que sin »esa cena de Concordia, Lomana nunca hubiera sido una Starlite«.
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