Harry y Meghan, bautizados como 'los Kardashian británicos' por su documental de 100 millones de euros

Con las críticas aún candentes tras la emisión de la quinta temporada de 'The Crown' y tres meses después del fallecimiento de la reina Isabel II, nada mejor para continuar avivando el enfrentamiento familiar de Harry y Meghan con la Corona británica. Y conocedores de que con su renuncia a las obligaciones reales, su mudanza a Montecito, al lado de Oprah Winfrey y sus denuncias por el acoso de los tabloides y su desprecio a la familia real británica, se han ganado a pulso el mote de 'los Kardashian británicos'.

Hasta el momento, Meghan parecía estar encantada con el proyecto audiovisual y así lo había hecho saber en alguna de sus últimas entrevistas. «Es interesante. Mi esposo nunca ha trabajado en esta industria antes. Para mí, después de haber trabajado en 'Suits', es increíble estar rodeado de tanta energía creativa y ver cómo las personas trabajan juntas y comparten sus propios puntos de vista. Ha sido muy divertido«, dijo.

Parecía estar encantada con la ficha técnica, y sobre todo con la dirección de Liz Garbus, una reconocida cineasta estadounidense, activista de izquierdas y nominada dos veces al Oscar por los documentales 'What Happened, Miss Simone?', que narra la vida y el activismo de la música Nina Simone y 'The Farm: Angola, USA, documental de la prisión de máxima seguridad más grande de Estados Unidos en Louisiana. Garbus es hija de un abogado experto en derechos civiles y una trabajadora social. En otoño de 2021 fue vista junto a los Sussex en Nueva York, y unos meses después anunció que aceptaba el reto de dirigir su documental.

Algo que hizo mucha ilusión a Meghan, aunque ahora ya se haya apresurado a dejar claro que no pueden controlar el resultado final cuando han confiado su historia a otra persona. «Es agradable poder confiarle nuestra historia a alguien, un director experimentado cuyo trabajo admiro desde hace mucho tiempo, incluso si eso significa que puede que no sea de la forma en que lo hubiéramos contado. Estamos confiando nuestra historia a otra persona, y eso significa que pasará por su lente«, dijo sobre Garbus. También la directora tiene claro su difícil papel a la hora de contar esta polémica historia: «Siempre he sido muy consciente del poder y la promesa que encierra la narración, y de la complicada relación entre el narrador y el sujeto«.

Tras la muerte de la Reina Isabel II, se filtró que los Sussex querían minimizar gran parte de lo que habían dicho en el documental sobre Carlos III, la reina consorte Camilla y el Príncipe y la Princesa de Gales. Pero lo dicho, dicho está. Por eso, el actual Rey y padre del protagonista del documental, coincidiendo con su 74 cumpleaños, aprovechó para hacer una reforma ante los Lores, nombrando a sus hermanos el Príncipe Eduardo y la Princesa Ana, Consejeros de Estado. Asegurándose así, que después de su esposa y su hijo, sean estos los que le sustituyan públicamente si está enfermo o en el extranjero. Fuentes cercanas a palacio aseguran que tanto el documental como las memorias del príncipe Harry 'Spare', son dos proyectos explosivos que van a impedir cualquier reconciliación entre padre e hijo. Tampoco con su hermano Guillermo y su cuñada Kate, a los que la promoción del tráiler les pilló de viaje oficial en Boston. Un gesto que los más monárquicos opinan que ha sido premeditado por los Sussex, para eclipsar su visita a territorio americano en la que han ido a promocionar un ambicioso proyecto medioambiental.

Desde Netflix se insiste en destacar que se trata de un retrato íntimo de la historia de amor y la vida de la pareja desde que dejaron de trabajar como miembros de la familia real británica a principios de 2020 y se mudaron a California. En el avance se muestran un sinfín de imágenes en blanco y negro de la pareja, en los que se les ve de vacaciones, bailando en la recepción de su boda o dándose besos en un fotomatón. El tráiler comienza con la voz de Garbus preguntando a la pareja: «¿Por qué quisisteis hacer este documental?». Harry contesta: «Tuve que hacer todo lo posible para proteger a mi familia», mientras que Meghan se justifica diciendo: «Cuando hay tanto en juego, ¿no tiene más sentido escuchar nuestra historia en boca nuestra?».

Con el afán de calmar los ánimos y en defensa del proyecto, Netflix, se veía obligado ayer viernes a emitir un comunicado en el que destacan que «el Duque y la Duquesa de Sussex no son una pareja común. La suya es una de las historias de amor de más alto perfil en la historia, e incluso los fanáticos y seguidores más conectados de su historia nunca antes la habían escuchado contada de esta manera«, expresaban. A la vez que aprovechaban para cebar que «La serie incluye entrevistas con familiares y amigos que nunca antes habían hablado públicamente sobre la relación de la pareja, así como con historiadores y periodistas que analizan cómo los medios influyeron en su relación con la familia real y la Commonwealth en general«.

Las críticas tanto en los tabloides como en los programas de televisión y radio, no se han hecho esperar. Todos coinciden en señalar el 'victimismo' de Meghan y el sin sentido de su marcha argumentando querer 'proteger su privacidad' y que ahora han vendido por una millonaria cifra a una plataforma. Hasta un parlamentario 'tory' los ha calificado de «patéticos, narcisistas y autoindulgentes», por su documental. Sobrevuela una petición unánime de que se les retiren los títulos y pasen a ser solo Sr y Sra. Windsor. Y eso solo, tras escuchar la voz en 'off' de Harry diciendo: «Nadie ve lo que sucede detrás de las puertas cerradas», mientras se proyecta una imagen de Meghan llorando en un sillón. Es televisión y hay que atraer espectadores.