El éxito de Yotuel : de vivir en el metro de París a reunirse con Joe Biden

Lo bueno de vivir en Miami es que, cuando llegan las vacaciones de verano, uno no siente la necesidad de partir en busca de sol y playa: «Aunque también tenemos casa en Madrid», reconoce Yotuel, «pero mi único hogar es Cuba» recalca el compositor ... y cantante. «Es algo personal que siente cada uno. Tu hogar son las calles donde jugaste, sentarte en el banco donde te comiste el primer mango, encontrarte en la esquina donde diste el primer beso... Eso se llama hogar». Yotuel es un ferviente creyente que entiende muchos sucesos de su vida como señales casi divinas del destino: «Si no me llegan a expulsar de 'MasterChef Celebrity' no hubiera sido testigo de cómo 'Patria y vida' se convirtió en un himno contra la dictadura cubana». Un bizcocho de chocolate fue el culpable, «aunque te juro que me salen bien ricos ahora». En ese concurso, Yotuel logró la hazaña de cocinar el mejor menú con cinco euros: «No es que sea ahorrativo, es que fueron muchos años viviendo en el Metro de París, controlando los gastos. Todo en esta vida es acumular experiencias para sacar lo mejor de ellas, transformar lo negativo en algo positivo. Si no llego a estar en las calles, no sabría lo que cuestan las cosas». Tenía 19 años cuando llegó a Europa sin un duro y sin ningún plan: «Soy 99% impulsivo y 1% cerebral. Yo me dejo guiar por mis emociones. Lo que no me falta es ilusión y constancia. No me rindo. Es algo de lo que siento orgulloso y quiero que mis hijos entiendan. Si uno tiene un sueño debe trabajar duro para conseguirlo». Así se explica que aquel muchacho llegara a convertirse en invitado especial a una reunión con Joe Biden en la Casa Blanca: «Es el mejor ejemplo de que en la vida hay que luchar. Yo a mis hijos les cuento que su padre era solo un emigrante y ahora es un artista al que llaman los presidentes para pedir consejo. Para mí, esa reunión con Biden era el triunfo de la perseverancia, de la lucha por crear mi mejor versión de mí cada día, porque yo soy un soñador a gran escala». Yotuel es un artista comprometido que mandar mensaje «porque creo que el arte es capaz de cambiar la sociedad».

Dalí y Gala su inspiración

Yotuel y Beatriz Luengo ven la relación entre Dalí y Gala como una inspiración. Pero con un matiz: «Detrás de un gran hombre… Detrás de una gran mujer… Nunca detrás, siempre al lado».

Casi 20 años de amor tienen una explicación: «Todo se basa en la admiración mutua. Cada cosa que nos decimos nos ayuda a crecer. Es lo que hace que la llama del amor esté encendida, porque la miro a los ojos y me digo con orgullo, 'esa es mi chica'. Lo que más admiro de ella es su disposición a ayudar a la gente. Tiene una inteligencia y una ternura para decir lo que la gente necesita escuchar. La veo luchadora contra las injusticias. Antes de morir, mi padre me dijo, 'hijo, siempre que hagas el bien, no sientas miedo'. Los dos somos rebeldes con causa, ella con el tema de las mujeres y yo con los derechos humanos. En eso somos iguales». Trabajar en pareja es fácil: «Más que un matrimonio, somos un equipo. Las decisiones las tomamos los dos». Todas menos, una: cuando Yotuel dejó de seguir al Barça para hacerse del Real Madrid: «Así es el amor». Y es que el amor es algo muy importante para el cubano. El videoclip de 'GPS', con imágenes íntimas de la pareja con sus hijos, es toda una declaración y un regalo para sus seguidores: «Es importante enseñarle al mundo que el amor existe, que no es un tabú. Ahora que muchas parejas se rompen, queríamos decir que seguir 20 años juntos es posible, que ese viaje entre dos personas es maravilloso. El mundo está concebido a dos». Aunque, con los años, a ese viaje se suman los niños. Yotuel tiene tres, dos de ellos, D'Angelo y Zoe, con Beatriz. Y la vida de artista de éxito, de gira viajando por el mundo, no es sencilla: «Pero el amor es la solución. Yo amo llevar a mis hijos conmigo. A veces llego sin dormir y me los llevo a la playa. Eso es lo que uno se lleva de esta vida. Cuando te mueres no te llevas un coche o una mansión, uno se lleva los recuerdos. Y cuantos más recuerdos lindos tengas, mejor. Por eso hay que disfrutar cada día de la familia como si fuera el último».