Estefanía de Mónaco cumple 60 años de una vida antes escandalosa y ahora discreta

Como hija de la estrella de Hollywood Grace Kelly y el príncipe Rainiero III, la princesa Estefanía de Mónaco ha vivido acostumbrada a estar en el ojo público desde la infancia, un escrutinio se volvió mucho más intenso cuando tenía 17 años, cuando sufrió aquel accidente automovilístico que mató a su madre. Seis décadas de escrutinio público que, sin embargo, ahora permanece narcotizado porque ella ya se ha instalado en una discreción que le parece cómoda después de tantas turbulencias.

La princesa era muy joven cuando ella y su madre sufrieron aquel terrible accidente que acabaría con la vida de la famosa estrella de cine. Surgieron varias teorías conspirativas en torno al accidente, incluida aquella que decía que era Estefanía quien conducía el coche durante la colisión mortal el 13 de septiembre de 1982. Otro rumor era que madre e hija habían estado discutiendo justo antes del accidente.

La especulación se vio amplificada por la pésima comunicación de palacio, que al principio minimizó la gravedad de las heridas de Grace para luego confirmar su muerte. También era inusual que Grace condujera, pero se dijo que madre e hija iban a París, y Grace opondría que el coche que tenían no podía acomodar su equipaje y tres personas. Ella habría insistido en conducir y perdió el control del vehículo, supuestamente a causa de un derrame cerebral.

El sitio incorrecto en el momento incorrecto. Estar con su madre en el coche ese fatídico día tendría un gran impacto en Estefanía. Cómo no tenerlo. Nunca hablaría de lo que pasó hasta una entrevista con el autor Jeffrey Robinson para su libro 'Rainier and Grace: An Intimate Portrait' en 1989. Allí dijo que recordaba cada minuto de lo que pasó y que todavía no podía viajar por esa carretera debido a los recuerdos que traía.

También admitió que no había hablado con su padre, el príncipe Rainiero, sobre el accidente porque sabía que le había hecho daño. Un jardinero dijo que la sacó por la ventanilla del conductor, lo que llevó a especular que ella había estado conduciendo, pero Estefanía aseguró que eso no fue lo que pasó, que ella abrió la puerta de una patada y pidió ayuda. La insinuación de que era ella quien había matado a su madre la hizo sentir culpable de estar viva durante demasiado tiempo. Según dijo, le atormentaba que la gente se preguntara por qué sobrevivió ella. Le hizo sentir muy sola.

Quizá por ello se lanzó a tumba abierta hacia la vida. Después de la tragedia, Estefanía se inscribió en un curso de moda en 1983 y comenzó a desfilar por la pasarela para financiar una empresa de trajes de baño, Pool Positions, que ella y un socio iniciaron. También le ofrecieron la oportunidad de grabar un disco y su canción 'Irresistible' estuvo varias semanas en el número uno de las listas francesas.

Su papel cada vez más público no haría otra cosa que disparar los comentarios y llegaría un momento en el que simplemente no podía vivir en Mónaco. En 1986 se mudó a Estados Unidos para escapar de las críticas y los rumores persistentes sobre su papel en la muerte de su madre. Dijo que sabía que su madre la habría apoyado y que estaba trabajando duro para «hacer algo» con su vida.

Y entonces llegaron los romances. Su vida sentimental fue durante mucho tiempo un asunto estelar de los tabloides. Sorprendió a la gente después de salir y casarse con su guardaespaldas, Daniel Ducruet. La pareja tuvo dos hijos juntos, Pauline y Louis. Luego tuvo una relación con el domador de elefantes Franco Knie después de que se conocieran en el Festival Internacional de Circo anual de Mónaco en 1999. Según un documental británico, Estefanía se unió al circo y se mudó al remolque de Knie y sus tres hijos de relaciones anteriores. Y también se la vinculó al acróbata Adans Lopez Peres. 'Hello!› informó que estuvieron casados durante un año antes de solicitar el divorcio.

En 2021, la Princesa Estefanía lanzó un perfume llamado Princesse de Coeur (Princesa del corazón) para apoyar a la fundación Fight Aids Monaco en el Día Mundial del Sida. Promocionaba sus aromas profundos con notas de bergamota, rosa y aldehído, iris, zanahoria, sándalo y pachulí. «Por más fragante que sea su perfume, no puede ocultar el hedor que dejaron los tabloides y los rumores de las redes sociales», destacaría la revista 'Style'. Ahora, a sus 60 años, parece muy alejada de toda esa vida y esos recuerdos. Una especie de exilio interior, seguramente más fructífero después de todo el ruido y la furia.