Escándalos familiares y salud frágil: el complicado año de la Casa Real de Noruega

A pocos días de la esperada ceremonia de entrega de los Premios Nobel en Oslo, la Familia Real se enfrenta a una nueva ausencia significativa. Según informaciones de la prensa noruega, el Rey Harald V, de 87 años, y su esposa, la Reina Sonia, no asistirán a la ceremonia. Esta situación pone en evidencia la delicada situación de la monarquía, que se ve en la necesidad de enfrentar una de las mayores crisis de su historia. Esta noticia fue exclusiva de 'NRK', que resaltó la gravedad de la ausencia de los monarcas en un evento de tal relevancia.

El foco de atención se centra, sin embargo, en Marius Borg Høiby, el hijo de 27 años de la Princesa Mette-Marit, cuya implicación en múltiples escándalos ha dejado una huella profunda en la Casa Real. Marius ha sido acusado de violencia doméstica, abuso sexual y amenazas de muerte. Su detención en varias ocasiones, la última el 18 de noviembre, ha hecho que su comportamiento se convierta en una carga pesada para la monarquía. La policía noruega ha intensificado las investigaciones sobre él, y aunque fue liberado el 27 de noviembre, las acusaciones continúan creciendo. «Estamos investigando más a fondo otras alegaciones de delitos sexuales», aseguró la policía noruega, según 'VG'.

La Familia Real ha intentado lavar la imagen de Marius, y el Príncipe Haakon se ha mostrado públicamente molesto por no haber sido informado de su detención. Sin embargo, este escándalo, sumado a la actitud desafiante de Marius, quien se mostró en actitud provocadora al hacer un gesto obsceno frente a los medios y continuar sus fiestas con personas de antecedentes penales, ha dejado una mancha difícil de borrar. Ante la creciente presión, la Casa Real ha optado por eliminar cualquier referencia a Marius de sus redes oficiales, como informó 'Dagbladet'.

Por otro lado, otros de los golpes más fuertes ha sido la situación de salud de la Princesa heredera Mette-Marit, quien sufre de fibrosis pulmonar crónica desde 2018. Esta enfermedad, que afecta su capacidad respiratoria, la ha obligado a cancelar compromisos oficiales en varias ocasiones. El 11 de octubre, la Casa Real emitió un comunicado oficial en el que explicaba que Mette-Marit había tenido que reanudar su tratamiento, el cual, debido a efectos secundarios, interfiere con su agenda oficial. Esta situación ha provocado que la joven Princesa Ingrid Alexandra asuma un papel más visible en los eventos públicos, y se espera que, con el tiempo, la hija de Haakon y Mette-Marit se convierta en la nueva cara de la monarquía noruega. Este ajuste, sin embargo, también refleja las dificultades que atraviesa la familia real en estos momentos.

Pero los problemas no terminan ahí. En agosto, otro escándalo rodeó a la familia real, esta vez con la boda de la Princesa Marta Luisa con el chamán Durek Verret. A pesar de la controversia que suscitó la boda, una nueva polémica se desató con la revelación de facturas impagas relacionadas con la ceremonia y las acusaciones de abusos sexuales contra el chamán, cuya situación se ha visto aún más empañada por los audios filtrados en los que supuestamente admite tener relaciones con clientes de sus servicios de autoayuda.

Además de estos episodios, el Rey Harald V ha tenido que lidiar con problemas de salud graves, como una infección respiratoria que le obligó a ser hospitalizado en Malasia en febrero. A su regreso a Noruega, recibió un marcapasos, un procedimiento que se sumó a sus problemas de salud de años anteriores, como las complicaciones tras haber sufrido COVID y las intervenciones quirúrgicas a las que ha sido sometido. A pesar de su delicado estado de salud, el monarca ha dejado claro que no tiene intención de abdicar. «Mantengo lo que siempre he dicho», declaró en enero.

Este cúmulo de situaciones ha afectado profundamente la imagen de la monarquía noruega. Según una encuesta publicada en 'Dagbladet', el 73% de los noruegos no desean ver a Haakon, el príncipe heredero, tomando el trono en un futuro cercano. Los escándalos relacionados con su hijo y las dudas sobre la capacidad de la Familia Real para gestionar estos problemas han generado una sensación de incertidumbre sobre el futuro de la monarquía.

Este 2024 será recordado por ser el año en que la Casa Real Noruega tuvo que enfrentar una serie de crisis, tanto internas como externas, que han dejado una marca difícil de borrar en su historia.