Los discursos de la mágica pedida de Tamara Falcó e Íñigo Onieva
El pasado sábado los futuros novios celebraron una cena con baile en la mansión familiar de las Preysler. Tamara diseñó el menú y recibió cientos de ramos de flores
Se obró el milagro: Tamara Falcó e Íñigo Onieva se dan una segunda oportunidad
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Iniciar sesiónVeintiséis personas asistieron a la pedida de mano oficial de Tamara Falcó e Iñigo Onieva, celebrada el pasado sábado por la noche en la mansión familiar de Puerta de Hierro. Durante las horas previas la marquesa de Griñón no paró de recibir ... ramos de flores convirtiendo la casa en una pequeña floristería. Ella misma se encargó de recoger todas las tarjetas para poder agradecer los detalles de amigos y familiares. La anfitriona Isabel Preysler estaba muy contenta y muy satisfecha de cómo había salido todo. Además, muy feliz de ver lo querida que es su hija Tamara.
La cena consistió en un menú diseñado por la futura novia, pues para ello tiene el título de chef en Le Cordon Bleu. Unos platos sofisticados y riquísimos según los comensales del cual destaca el postre que representaba unas islas flotantes. Terminada la cena se unieron a la celebración amigos íntimos de Tamara, algunos de los cuales ejercerán de testigos en el enlace que se celebrará el próximo 8 de julio en el Palacio de El Rincón, propiedad de la novia y su hermano Manolo. Todos juntos pudieron disfrutar de un divertido baile que terminó a altas horas de la madrugada, no sin antes servir una recena a base de sándwiches y variedades saladas.
Durante la ceremonia de pedida se pronunciaron cuatro discursos. Tomaron la palabra Manolo Falcó, hermano de Tamara y padrino de la ceremonia, Íñigo padre del novio, quien tuvo unas cariñosas palabras hacia Tamara llegando a decirle que «la recibimos con los brazos abiertos en la familia». Luego habló Iñigo y por último la novia quien expresó que se sentía muy feliz y agradeció el apoyo de toda su familia y tuvo unas palabras de cariño hacia hacía su madre Isabel por haber organizado una velada tan bonita y haber conseguido que esa noche fuese muy especial.
Luego tuvo lugar el intercambio de regalos, la novia le regaló un reloj al novio y él a ella una pulsera preciosa diseño exclusivo elaborada por un pariente de los Onieva que es escultor. Ambas familias están muy felices e Isabel y Carolina, madre de Íñigo, aunque ya se conocían porque habían coincidido en el 40 cumpleaños de Tamara, tuvieron tiempo para intimar y parece que hay muy buena sintonía entre ambas. Ahora nadie mira al pasado, todos miran al futuro con el deseo de que la pareja sea muy feliz y duren muchos años juntos.
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