A pesar de sus logros en el campo, lo que define a Mariona es su humildad. Hija de Miquel Àngel Caldentey y María Oliver, desde pequeña el fútbol fue el centro de su vida familiar. Su padre, quien falleció inesperadamente en 2018, no solo fue su inspiración, sino también el responsable de inculcarle la pasión por este deporte. «Él hubiera estado aquí siempre, apoyándome», recuerda Mariona con cariño.
Mariona se crió jugando al fútbol con su hermano y los amigos de este, destacando por su habilidad desde una edad temprana. Antonio Barea, seleccionador balear, quedó impresionado la primera vez que la vio jugar, pensando que era un niño por su destreza con el balón. «Desde pequeña ya se notaba que llegaría lejos», comenta Barea, subrayando la excepcional inteligencia de Mariona en el campo.
A los 15 años, debutó en Primera División con el Collerense, y solo tres años después fichó por el FC Barcelona, club donde ha vivido una época dorada, conquistando ligas, copas y, por supuesto, la tan ansiada Champions League. Sin embargo, Mariona nunca ha dejado que el éxito la consuma. Para ella, Mallorca siempre será su refugio, donde puede desconectar de la presión mediática y pasar tiempo con su familia. «Es la Mariona sin balón», comentan sus amigos cercanos, reflejando su personalidad sencilla y cercana.
En su vida privada, Mariona se caracteriza por su tranquilidad. Lejos de las luces de los medios, prefiere la calma de tocar el piano, afición que mostró durante la pandemia, cuando sus seguidores la vieron compartir este talento oculto en redes sociales. «Me relaja muchísimo, es mi forma de desconectar», confesó en una ocasión.
Mariona es el ejemplo perfecto de una líder silenciosa, alguien que prefiere trabajar duro y dejar que sus acciones hablen por ella. Su carrera sigue en ascenso, ahora con nuevos desafíos en el Arsenal, pero siempre llevando consigo el amor por su familia, su tierra, y la humildad que la caracteriza.
Felanitx puede estar orgulloso de haber criado a una de las estrellas más discretaspero imponentes del fútbol femenino. Mariona Caldentey ha demostrado que, más allá de los títulos, lo que realmente importa es quién eres fuera del campo. Y en ese terreno, ella también es una campeona.
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