Al Bano: «Además de cantar, llevo 50 años produciendo vino en Italia»

—¿Cómo se hace el repertorio de una gira teniendo más de dos mil canciones?

—Eligiendo las que generan una montaña rusa de emociones, y en eso ya soy todo un experto. Sé cómo hacerlo. Cuando subes al escenario, tienes que captar inmediatamente el estado de ánimo del público. Si aprendes a hacer eso, puedes tener éxito en cualquier parte lugar y conseguir tus vitaminas, los aplausos, que suenan igual en todas partes del mundo.

—¿Qué tal se lleva con sus hits? Hay artistas que se cansan de cantarlos cada noche.

—Eso es un error. Los fans va a verte para escucharte cantar sus canciones favoritas, aquellas que más les han emocionado. Ellos son los que te regalan el éxito, así que ¿cómo se puede ser tan arrogante como para negarles sus temas favoritos? Al público hay que darle siempre las gracias, y cantar lo que te piden es una forma de hacerlo. Hay que tener respeto por quienes te llevan al éxito. Por eso cantaré 'Nel Sole, 'Sharazán', 'Felicità', 'Nostalgia canaglia' o 'È la mia vita'.

—¿Cómo será la puesta en escena de estos conciertos?

—Quiero que sea una sorpresa para mis seguidores, y sólo puedo decir que será a lo grande, pero sin demasiados excesos. Los espectáculos con fuegos artificiales y rayos laser pueden tener un pase, siempre que detrás del humo haya un artista de carne y hueso.

—¿Y qué piensa de los conciertos con hologramas, como han hecho ABBA?

—El mundo cambia muy rápido, y a quien le guste, que lo disfrute. Pero mientras yo viva, no habrá un holograma de Al Bano cantando por ahí. Cuando me muera, que hagan lo que quieran (risas).

—¿En Italia hay algún cantante moderno que le parezca interesante?

—¡Sí! Hay dos cantantes buenísimas ahora: Angelina Mango y Annalisa.

—El verano pasado cantó con Romina, ¿volverá a hacerlo?

—Sí, lo sigo haciendo de vez en cuando, y si lo piden volveré a hacerlo. Para mí está bien, porque así puedo descansar más en el escenario (risas).

—¿Qué tal el amor, la familia, las pasiones extramusicales?

—La música me ocupa el noventa por ciento de mi vida, y el diez por ciento restante lo dedico a mis pasiones, como el vino. Ya llevo cincuenta años produciendo vino en Italia, y ahora voy a inaugurar una nueva bodega para llegar a los cinco millones de botellas al año. Tengo muchos, como el Don Carmelo, dedicado a mi padre, el Felicitá, dedicado a mi canción más famosa, el Platón, dedicado al primer filósofo que escribió sobre la esencia del vino… Es un mundo que me parece fascinante.

—Hace algo más de un año le preguntaron por la victoria de Giorgia Meloni en Italia, y contestó: «Dejémosla gobernar a ver qué hace». Ahora que ha pasado el tiempo, ¿cómo valora su gestión?

—Tiene muchos enemigos, pero creo que sabe defenderse muy bien, no con palabras, sino con hechos. Eso es una mujer brava, muy brava.

—¿Alguna opinión sobre lo que está pasando en Palestina?

—Es una tragedia, una desgracia para el mundo, pero creo que no tiene solución. Es un conflicto que lleva ya tres mil años, y yo me pregunto: ¿Cómo puede ser que eso ocurra en el lugar donde nació Jesucristo, en el lugar donde nacieron las tres religiones más importantes de la humanidad?

—¿Llegó a denunciar a la mujer que el año pasado afirmó tener una relación con usted?

—¡No la conozco, no sé quién es, no sé qué cara tiene, no sé qué quiere! En la vida no todo sale como tú quieres, y cuando llegan las tormentas, tienes que recoger las velas y esperar a que pase lo antes posible.

—¿Qué planes tiene para el resto de 2024?

—Tengo proyectos muy interesantes en televisión que podré contar a finales de marzo, y en septiembre daré uno de los conciertos más importantes de mi carrera, porque cantaré por primera vez con Josep Carreras, en Bucarest, Rumania.