Tania Llasera: «Lo que más me ha costado contar son los bebés que perdí antes de ser madre»

- ¿Cómo surge 'Mujer tenía que ser: Para todas las que están hasta el coño'?

El germen fue el libro anterior. Me quedé con ganas de decir todo lo que digo en este. Necesitaba uno a parte para tratar tantos temas como es la mujer. Muchas veces somos criticadas, enjuiciadas y presionadas hacia muchísimos lados desde pequeñas. A veces esto hace que nos perdamos y no tengamos en cuenta lo que de verdad queremos.

- ¿Crees que se está rompiendo la imagen de la mujer que puede con todo?

El mensaje está calando en la sociedad aunque el proceso sea lento. Después de la pandemia ha quedado patente que las expectativas sobre la mujer han empeorado. Un 88,7% de las mujeres son las que cuidan a la familia o a los enfermos. Ya es hora de que la cosa cambie. Los hombres tienen que formar parte de ese cambio, son necesarios. Este libro no es solo para mujeres.

- ¿Cómo ha llegado el mensaje a los hombres de tu familia?

Mi marido y mi padre me dijeron que no se habían percatado de todo lo que conlleva ser mujer hasta que leyeron el libro. Ellos lo ven desde el punto privilegiado de lo que significa ser un hombre en una sociedad como la que tenemos. Vivimos en un país desarrollado, pero también somos machistas. Es un problema que parece que se ha invisibilizado pero que las mujeres nos damos cuenta y lo sufrimos a diario.

- ¿Crees que esa imagen que se tiene de la mujer puede afectar psicológicamente?

Totalmente. Ese falso empoderamiento que se nos vende en el que tenemos que hacer todo conlleva que nos hartemos. Y todos esos juicios a los que estamos sometidas y que han ido aumentando con la redes sociales hacen que no solo estemos hartas sino que no demos para más. Al final muchas veces tragamos y llega un punto en el que se te enquista y se vuelve un cáncer, una depresión o cualquier tipo de problema.

- ¿Cómo has vivido la escritura del libro?

Lo he escrito de madrugada. A veces escribía cosas, pensaba que estaban muy bien pero al leerlas las borraba porque no me gustaba el resultado. Al final, no soy escritora y me ha costado un poco más. En el proceso he reflexionado, sufrido y revivido momentos muy tristes de mi vida. Hay muchas cosas de ser mujer que dan pereza volver a contarlas.

- ¿Qué capítulo ha sido el que más te ha costado?

El tema de la maternidad, la búsqueda de ser madre y perder dos bebés antes de serlo. Todo ese momento fue muy duro. Ahora puedo hablarlo sin llorar pero sigue siendo muy triste. Es algo de lo que no se habla y que está estigmatizado. Me alegro de iluminar a la gente que tenga muertes perinatales. Debería tratarse de una forma más natural.

- ¿Qué sentiste cuando leías comentarios negativos sobre tu aumento de peso?

Yo no estoy gorda sino que no estoy extremadamente delgada como antes. Me veo muy bien, estoy cómoda con mi cuerpo y, lo más importante, estoy sana. La gordofobia existe y se puede ver en las miradas cuando entras a una tienda, cuando comes. Con esos gestos te enjuician y te hacen sentir fatal. No entiendo que alguien ajeno a ti tenga que opinar de tu cuerpo. Hay que dejar que cada uno viva su vida.

- Has expresado sentirte feliz con unos kilos de más, sin embargo haces dietas. ¿No es un poco contradictorio?

Eso es algo que se dice mucho de mí, pero lo importante eres tú. Si yo quiero hacer una dieta la haré. Lo que yo defiendo es que dejen de juzgar para bien o para mal, la salud, el verse bien y aceptarse. Si alguien se siente mejor haciendo dieta, yendo a un entrenador personal o sometiéndose a intervenciones es algo que solo concierne a esa persona no al resto.

- ¿Qué le dirías a las chicas que están viviendo una situación similar a la tuya?

Las redes sociales no son naturales, no son la vida real. Les diría que apaguen el móvil y estén una semana sin él. Que se dediquen a vivir la vida, que disfruten de su cuerpo, que naden en el mar, beban, bailen... Lo ideal es vivir, no vivir para postear.

- E n el mundo de la televisión, ¿prima más la imagen que ser un buen comunicador?

Por supuesto. Hoy en día los nuevos iconos son los influencers. Son maravillosos y hacen muy bien su trabajo pero en muchos casos todo queda en una imagen o superficie. Antes los iconos tenían cosas que decir, ideologías que defender, cambios que hacer y ahora son personas que posan muy bien, que te venden ciertos productos. Me alegro mucho de que se haya democratizado la fama y que cualquiera puede ser famoso y dar contenido. Lo que preocupa es que los más jóvenes idolatren a gente que están vacíos de mensaje.

- ¿Te gustaría volver a la pequeña pantalla?

Me encantaría. Si tiene que pasar, pasará. La vida es como un videojuego y te trae las cosas cuando tocan. Si ahora no tengo que estar en televisión pues estará escrito en alguna parte. Me gustaría estar en un proyecto en el que yo mande.

- ¿Y algún proyecto en el que estés inmersa?

He sacado un traje que se adapta al cuerpo. Tiene un sistema por delante y por detrás que tu ajustas y va de la talla 36 a la 46. Se llama Llasera by Bondesio porque la idea es mía pero lo cose una amiga, Marta Bondesio. Es un pantalón-falda y es regulable. Puedes decirle cómo lo quieres y te lo hacen. Esa es un poco mi otra guerra para que ajustemos la apariencia a nosotros, no nosotros a la apariencia.