Carrie Johnson, la verdadera primera ministra de Reino Unido

Un libro que ha sentado como un jarro de agua fría en los Johnson, que no hacen más que esquivar golpes desde el 'partygate'. Michael Ashcroft entierra un poquito más a un mandatario prácticamente sentenciado al que se le describe como un pusilánime que sigue órdenes de su esposa . Tal es el mando que ejerce, según el libro, que hasta dice que usa el móvil del primer ministro para dar instrucciones en el Gobierno, y algunas veces sin que él tenga conocimiento.

«Johnson no sabe decir 'no' a Carrie», dice una de las muchas fuentes anónimas que aparecen en el libro. Afirma que «el problema número uno» del propio Johnson es su esposa, de la que se llega a aseverar que está detrás de decisiones de Gobierno y de alguna que otra intriga, entre ellas, el nombramiento a dedo de sus amigos.

Otro de los testimonios asegura que Boris «está atrapado en una relación emocionalmente disruptiva». «En el fondo, tiene miedo a lo que ella diga, le está dominando. Él ha llegado a decir en privado: 'No hagáis nada que pueda servir para que ella me torture cuando llegue a casa. Tenéis que ayudarme. Mi vida en el hogar es miserable'», se lee.

La respuesta de los Johnson no se ha hecho esperar. A través de un portavoz ha afirmado que se trata de una «campaña brutal» llevada a cabo por los enemigos del Gobierno, entre ellos, «exasesores resentidos». También se ha pronunciado el secretario de Salud Sajid Javid , asegurando que son ataques «misóginos y sexistas». «Es injusto que los medios la retraten como una Lady Macbeth. Es una manera muy cruda de atacar a Boris», ha dicho la diputada conservadora Tracey Grouch .